Devoción y oración a la patrona de hoy 18 de septiembre de 2020

SAN JOSÉ DE COPERTINO

Copertino (Lecce), 17 de junio de 1603 - Osimo (Ancona), 18 de septiembre de 1663

Giuseppe Maria Desa nació el 17 de junio de 1603 en Copertino (Lecce) en un granero de la ciudad. El padre hizo carros. Rechazado por algunas Órdenes por "su falta de literatura" (había tenido que abandonar la escuela por pobreza y enfermedad), fue aceptado por los capuchinos y dado de baja por "ineptitud" al cabo de un año. Acogido como terciario y criado en el convento de Grotella, consiguió ser ordenado sacerdote. Tuvo manifestaciones místicas que continuaron a lo largo de su vida y que, combinadas con la oración y la penitencia, difundieron su reputación de santidad. Joseph levitaba del suelo por los continuos éxtasis. Así, por decisión del Santo Oficio fue trasladado de convento en convento hasta el de San Francisco de Osimo. Giuseppe da Copertino tenía el don de la ciencia infundida, por lo que incluso los teólogos le pedían opiniones y supo aceptar el sufrimiento con extrema sencillez. Murió el 18 de septiembre de 1663 a la edad de 60 años; fue beatificado el 24 de febrero de 1753 por el Papa Benedicto XIV y proclamado santo el 16 de julio de 1767 por el Papa Clemente XIII. (Futuro)

ORACIÓN A SAN GIUSEPPE DA COPERTINO

Aquí estoy ahora cerca de los exámenes, protector de los candidatos, San José de Copertino. Que tu intercesión compense mis fallas de compromiso y me dé, después de haber experimentado el peso del estudio, la alegría de disfrutar de una justa promoción. Que la Santísima Virgen, tan cariñosa contigo, se digne mirar con bondad mi esfuerzo escolar y bendecirlo, para que, a través de él, pueda recompensar los sacrificios de mis padres y abrirme a un servicio más atento y calificado. hacia los hermanos.

Amén.

ORACION ESTUDIANTIL

A SAN GIUSEPPE DE COPERTINO

Oh santo patrón, te muestras tan liberal con tus devotos que les das todo lo que te piden, dirígete a mí que en las dificultades en las que me encuentro te invoco en mi ayuda.

Por el maravilloso amor que te llevó a Dios y al dulce Corazón de Jesús, por ese ardiente compromiso con el que veneraste a la Virgen María, te pido y te ruego que me ayudes en el próximo examen escolar.

Vea cómo durante mucho tiempo me he aplicado con toda diligencia al estudio, ni he rechazado ningún esfuerzo, ni me he librado del compromiso o la diligencia; pero como no confío en mí mismo, sino solo en ti, recurro a tu ayuda, que me atrevo a esperar con un corazón seguro.

Recuerda que alguna vez tú también, rodeado de tal peligro, con la singular ayuda de la Virgen María saliste de él con feliz éxito. Por tanto, sea usted propicio para mí que lo interrogue sobre aquellos puntos en los que estoy más preparado; y dame ingenio y rapidez de inteligencia, evitando que el miedo invada mi alma y enturbie mi mente.