Devoción práctica del día: 3 formas de expiar el pecado

Mortificación. Esta virtud tan fácil y querida por los santos, que no perdieron oportunidad de ejercerla, virtud tan difícil para los mundanos, olvidada por ellos, porque se opone a la voluntad de gozar, nos ofrece un medio fácil de penitencia diaria por los pecados de todos los días. Debes hacer al menos tantas mortificaciones todos los días como pecados cometas. Pero no es suficiente, acostumbrámonos a ellos y practiquémoslos para hacer penitencia por nuestros pecados. Examina y numera las que haces.

Indulgencias. Los méritos de Jesús, la Virgen y los santos forman un tesoro espiritual que Dios y la Iglesia aplican a nuestras almas, para enriquecer nuestra pobreza y satisfacer nuestras deudas. Por medio de las indulgencias, Jesús paga por nosotros; y, con penitencia y con los dolores que ha sufrido, compensa el castigo que debemos soportar. Sin embargo, con tanta facilidad para ganar indulgencias plenarias y parciales, ¿qué me importa?

Buen trabajo. Toda acción virtuosa, que requiera alguna fatiga o violencia de la naturaleza corrupta, es una especie de penitencia y tiene una virtud expiatoria; de hecho, toda obra santa que satisface el gusto de Dios es una recompensa por el disgusto y las ofensas que se le cometieron con los pecados. Los santos nunca dijeron lo suficiente para bien; y te parece que ya has hecho demasiado… Oraciones, limosnas, obras de caridad, nada escatimas para compensar tus deudas con Dios; recuerda; un día serás recompensado con inefables alegrías.

PRÁCTICA. - Pasar un día de mortificación; recita la Letanía de Nuestra Señora.