Devoción práctica del día: cómo usar bien nuestra audición

Mantenemos nuestros oídos cerrados al mal. Abusamos de todos los dones de Dios, nos quejamos de él si nos niega la salud, y si nos la da, la usamos para ofenderlo. Gritamos contra la Providencia si nos niega los frutos de la tierra, y si nos los concede, abusamos de ellos por intemperancia. El anciano se queja de sordera y usamos nuestro oído para escuchar murmullos, discursos impuros, impulsos al mal. No abras tu oído a cada discurso, una sola palabra es suficiente para hacerte perder la inocencia.

Abrámoslos al bien. La Magdalena los abrió a los sermones de Jesús y regresó convertida. Al oír, la fe entra en el corazón, dice San Pablo. ¿Y cómo lo escuchas predicar? Saverio los abrió al sabio consejo de un enùco, San Ignacio, y se convirtió en santo. Y tú de amigos, ¿aprendes bien o mal? Un Andrea Corsini, un Agostino los abrió a los sabios reproches de una madre, y se arrepintieron. ¿Y cómo escuchas a los familiares, a los superiores, al confesor?

Las inspiraciones del corazón. El corazón también tiene su propia forma de entender y se abre y se cierra. La inspiración es un lenguaje secreto con el que Dios habla al alma, la reprocha, la invita, la insta. Una santa inspiración apoyada cambió el corazón de Ignacio; era el principio de sublime santidad en santa Catalina de Génova. Judas, que los despreciaba, se convirtió en un réprobo. ¿Y cómo los apoyas? Si te cansas de la paciencia de Dios, te convertirás en una brasa del infierno.

PRÁCTICA. - Proteja su audición de cualquier discurso equivocado. Sigue hoy las buenas inspiraciones.