Devoción práctica del día: ser un buen cristiano en todas partes

El cristiano en la iglesia. Considere cómo se compara la iglesia con un viñedo o un jardín; todo cristiano debe ser como una flor que esparce una dulce fragancia a su alrededor y atrae a otros a imitarla. En el templo de Dios, la devoción, la compostura, el silencio, el respeto, el fervor, el recogimiento en las cosas santas, estimulan a quienes te ven bien; ¡y tu buen ejemplo de cuánto bien puede producir en otros! Pero ¡ay de ti si los escandalizas!

El cristiano en la casa. Nuestro ojo se vuelve instintivamente hacia los demás; ¡y el otro buen o mal ejemplo hace un surco en nuestro corazón! Cada uno confiesa, en su propia vida, el poder del estímulo ajeno para bien o mal hecho. En el hogar, la dulzura, la paciencia, la amabilidad, la laboriosidad, la resignación en los acontecimientos cotidianos, hacen del cristiano un objeto de admiración para los familiares. Si incluso uno se vuelve mejor a través de ti, habrás ganado un alma.

El cristiano en la sociedad. Escapa del mundo tanto como puedas, si te encanta mantenerte inocente y puro; sin embargo, a veces tienes que estar en contacto con otras personas. En los primeros siglos, los cristianos eran conocidos por su amor fraternal, por la modestia de sus rasgos, por la bondad general de sus costumbres. ¿Alguien que haya visto tu hacer, que haya escuchado tus discursos, especialmente sobre los demás, podría tener una buena impresión y reconocerte como un fiel seguidor de la virtud de Jesús?

PRÁCTICA. - Estudiar, con buen ejemplo, para atraer al bien a otros. Di una oración por aquellos que están escandalizados por ti.