Devoción práctica del día: hacer penitencia por nuestros pecados

1. Qué penitencia hacemos. Los pecados son continuos en nosotros, se multiplican sin medida. Desde la primera infancia hasta la actualidad, intentaríamos en vano enumerarlos; como una gran carga, aplastan nuestros hombros. La fe nos dice que Dios exige una adecuada satisfacción de cada pecado, amenaza con terribles castigos en el Purgatorio por los más pequeños pecados veniales; y que penitencia hago ¿Por qué me estoy escapando tanto de eso?

2. No demore la penitencia. Esperas a hacer penitencia cuando la furia juvenil ha amainado, los caprichos han disminuido; ... pero si te quedas sin tiempo, puedes meterte en el Infierno o siglos de Purgatorio. Esperas la vejez, pero en tan poco tiempo, ¿cómo pagar tantos años? Esperas la temporada de la melancolía, de las enfermedades; entonces te adaptarás necesariamente ... Pero, ¿de qué valdrá una penitencia forzada, entre impaciencia, lamentos y nuevos pecados? Quien tiene tiempo, no espere el tiempo. Confía en lo incierto, en los que confían en el futuro.

3. No te fíes de la penitencia realizada. Por un solo pensamiento de orgullo, Dios condenó a los Ángeles a llamas eternas; Durante nueve siglos, Adán hizo penitencia de una sola desobediencia; sólo una falta grave se castiga con el Infierno, lugar de tormentos indecibles; y tú por una leve penitencia después de la Confesión, o por unas pequeñísimas mortificaciones hechas, ¿crees que lo has pagado todo? Los santos siempre temieron en este punto, ¿y tú no temes? Tal vez tengas que llorar algún día ...

PRÁCTICA. - Haz algo de penitencia por tus pecados; recita las siete alegrías de la Virgen.