Devoción práctica del día: fervor por Jesús

El mandamiento de Jesús nos impulsa al fervor, nos ordena amarlo con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con todas nuestras fuerzas (Mt 22, 37); nos dice: Sed no sólo santos, sino perfectos (Mt 5, 48); nos ordena sacar un ojo, sacrificar una mano, un pie si nos ofende (Mt 18, 8); renunciar a todo (Lc 14, 33) antes que ofenderlo. ¿Cómo obedecerle sin gran fervor?

La brevedad de la vida nos impone fervor. Si se nos concediera la larga vida de los patriarcas, si contamos los años por siglos, quizás la lentitud y demora en servir a Dios serían más dignas de excusa; pero ¿qué es la vida del hombre? ¡Cómo escapa! ¿No te das cuenta de que la vejez ya se acerca? La muerte está detrás de la puerta ... Adiós entonces deseos, voluntades, proyectos ... todo inútil para la bendita eternidad.

El ejemplo de los demás debe incitarnos al fervor. ¿Qué no hacen las personas que viven con reputación de santidad? Se dedican a las buenas obras con tanto fervor y celo tan ardiente que nuestras tan cacareadas virtudes palidecen ante ellos. Y si te comparas con el Beato Sebastiano Valfrè, que, ya octogenario, todavía trabaja y se consume por el bien de los demás, víctima de su fervor…; ¡Qué mortificación para ti!

PRÁCTICA. - Pase todo el día con fervor ... Repita a menudo: Oh beato Sebastiano Valfrè, consiga su fervor por mí.