Devoción práctica del día: vencer la tentación

En sí mismos no son pecados. La tentación es una prueba, un obstáculo, un crisol de virtudes. Un pomo que atrae tu garganta, un pensamiento que pasa por tu mente, un asalto impuro que te invita al mal, en sí mismos son cosas indiferentes. Si no se permiten un millón de tentaciones, no forman un solo pecado venial. En las tentaciones, ¡qué consuelo trae esa reflexión! Qué coraje les inspira. especialmente si nos volvemos a Jesús y María.

2. Son pruebas de la virtud. ¿Qué maravilloso que los Ángeles se mantuvieran fieles si no fueran tentados? que Adán se mantuvo fiel, si nada demostró su virtud? ¿Qué mérito tienes si te mantienes humilde, paciente, ferviente, cuando todo va de acuerdo a ti? La tentación es la piedra de toque; en ella, con constancia, con resistencia, con lucha, le damos una señal a Dios de que la nuestra es la verdadera virtud. ¿Y te desanimas, o peor, te rindes porque es difícil ganar? ¿Dónde está tu valor?

3. Son fuentes de mérito. El vil soldado, en dificultades, arroja sus brazos y huye; los valientes, en el campo, ceñen la corona de gloria. Con la tentación, al diablo le gustaría perderte: si en lugar de desanimarte, te humillas ante el Señor, confías en él, le rezas por ayuda, tratarás de luchar con todas tus fuerzas, protesta a Dios porque no lo abandonarás. a cualquier precio, siempre quieres ser suyo: ¡cuántos méritos puedes ganar! ¿Seguirás quejándote de las tentaciones?

PRÁCTICA. - Reza a San Miguel para que pelee contigo; recita nueve Gloria en honor a los Ángeles.