Devociones bíblicas: soledad, dolor de muelas del alma.

La soledad es una de las experiencias más miserables de la vida. Todos a veces se sienten solos, pero ¿hay algún mensaje para nosotros en soledad? ¿Hay alguna manera de convertirlo en algo positivo?

El don de Dios en soledad.
“La soledad no es ... un mal enviado para robarnos las alegrías de la vida. La soledad, la pérdida, el dolor, el dolor, estas son disciplinas, los dones de Dios para guiarnos a su propio corazón, para aumentar nuestra capacidad para él, para perfeccionar nuestra sensibilidad y comprensión, para moderar nuestras vidas espirituales para que puedan convertirse en canales de su misericordia para con los demás y así dar fruto para su reino. Pero estas disciplinas deben ser explotadas y utilizadas, no opuestas. No deben verse como excusas para vivir a la sombra de las vidas medias, sino como mensajeros, por dolorosos que sean, para poner nuestras almas en contacto vital con el Dios viviente, de modo que nuestras vidas se llenen de desbordarse consigo mismo de maneras que tal vez sean imposibles para quienes saben menos que la oscuridad de la vida. "
-Anónimo [ver fuente a continuación]

La cura cristiana para la soledad
A veces, la soledad es una condición temporal que comienza en unas pocas horas o unos pocos días. Pero cuando te agobia esta emoción durante semanas, meses o incluso años, tu soledad definitivamente te está diciendo algo.

En cierto sentido, la soledad es como un dolor de muelas: es una señal de advertencia de que algo anda mal. Y como un dolor de muelas, si se deja desatendido, generalmente empeora. Su primera respuesta a la soledad podría ser la automedicación: pruebe los remedios caseros para que desaparezca.

Mantenerse ocupado es un tratamiento común
Puede pensar que si llena su vida con tantas actividades que no tiene tiempo para pensar en su soledad, se curará. Pero mantenerse ocupado le falta el mensaje. Es como tratar de curar un dolor de muelas quitándole la cabeza. Mantenerse ocupado es solo una distracción, no una cura.

Comprar es otra terapia favorita
Quizás si compras algo nuevo, si te "recompensas", te sentirás mejor. Y sorprendentemente, te sientes mejor, pero solo por un corto tiempo. Comprar cosas para reparar la soledad es como un anestésico. Tarde o temprano, el efecto paralizante desaparece. Entonces el dolor vuelve más fuerte que nunca. Comprar también puede agravar sus problemas con una montaña de deudas de tarjetas de crédito.

Dormir es una tercera respuesta
Puedes creer que la intimidad es lo que necesitas, así que toma una decisión imprudente con el sexo. Al igual que el hijo pródigo, después de volver a ti mismo, te horrorizas al descubrir que este intento de curar no solo empeora la soledad, sino que también te hace sentir desesperado y barato. Esta es la cura falsa de nuestra cultura moderna, que promueve el sexo como un juego o recreación. Esta respuesta a la soledad siempre termina con sentimientos de alienación y arrepentimiento.

La verdadera cura para la soledad.
Si todos estos enfoques no funcionan, ¿qué hace? ¿Existe una cura para la soledad? ¿Hay algún elixir secreto que resuelva este dolor de muelas?

Debemos comenzar con una interpretación correcta de esta señal de advertencia. La soledad es la forma en que Dios te dice que tienes un problema de relación. Si bien esto puede parecer obvio, hay algo más que rodearse de personas. Hacer esto equivale a mantenerse ocupado, pero usar multitudes en lugar de actividades.

La respuesta de Dios a la soledad no es la cantidad de tus relaciones, sino la calidad.

Volviendo al Antiguo Testamento, descubrimos que los primeros cuatro de los Diez Mandamientos se refieren a nuestra relación con Dios, y los últimos seis mandamientos se refieren a nuestras relaciones con otras personas.

¿Cómo es tu relación con Dios? ¿Es cercano e íntimo, como el de un padre amoroso y afectuoso y su hijo? ¿O es su relación con Dios fría y distante, solo superficial?

Cuando te vuelves a conectar con Dios y tus oraciones se vuelven más conversacionales y menos formales, realmente sentirás la presencia de Dios. Su tranquilidad no es solo tu imaginación. Adoramos a un Dios que vive entre su pueblo a través del Espíritu Santo. La soledad es el camino de Dios, en primer lugar, para acercarse a él, y luego nos obliga a acercarnos a los demás.

Para muchos de nosotros, mejorar nuestras relaciones con los demás y permitir que se acerquen a nosotros es una cura desagradable, tan temida como llevar un dolor de muelas al dentista. Pero las relaciones satisfactorias y significativas requieren tiempo y trabajo. Tenemos miedo de abrirnos. Tenemos miedo de dejar que otra persona se abra a nosotros.

El dolor pasado nos ha hecho desconfiar
La amistad requiere dar, pero también requiere tomar, y muchos de nosotros preferimos ser independientes. Sin embargo, la persistencia de su soledad debería decirle que ni siquiera su terquedad pasada ha funcionado.

Si reúnes el coraje para restablecer tu relación con Dios, entonces con los demás, encontrarás tu soledad elevada. Este no es un parche espiritual, sino una cura real que funciona.

Sus riesgos para los demás serán recompensados. Encontrarás a alguien que te entienda y te cuide, y también encontrarás a otros que te entiendan y te interesen. Al igual que una visita al dentista, este tratamiento no solo es definitivo sino mucho menos doloroso de lo que temía.