Diario del Padre Pio: 11 de marzo

Carta al padre Agustín fechada el 12 de marzo de 1913: "... Escucha, mi padre, las quejas justas de nuestro más dulce Jesús:" ¡Con cuánta ingratitud se paga mi amor por los hombres! Hubiera sido menos ofendido por ellos si los hubiera amado menos. Mi padre ya no quiere soportarlos. Me gustaría dejar de amarlos, pero ... (y aquí Jesús guardó silencio y suspiró, y luego se reanudó) pero ¡ay! ¡Mi corazón está hecho para amar! Los hombres cobardes y débiles no hacen ningún tipo de violencia para vencer las tentaciones, que de hecho se deleitan en sus iniquidades. Mis almas favoritas, puestas a prueba, me fallan, los débiles se abandonan a la desesperación y la desesperación, los fuertes se relajan gradualmente. Me dejan solo de noche, solo durante el día en las iglesias. Ya no les importa el sacramento del altar; nunca se habla de este sacramento del amor; e incluso aquellos que hablan de eso, ¡ay! con cuánta indiferencia, con qué frialdad. Mi corazón está olvidado; ya nadie se preocupa por mi amor; Siempre estoy triste Mi hogar se ha convertido para muchos en un teatro de diversiones; también mis ministros a quienes siempre he considerado con predilección, a quienes he amado como la pupila de mi ojo; deberían consolar mi corazón lleno de amargura; deberían ayudarme en la redención de las almas, pero ¿quién lo creería? De ellos debo recibir ingratitud e ignorancia. Ya veo, hijo mío, muchos de estos que ... (aquí se detuvo, los sollozos le apretaron la garganta, lloró en secreto) que bajo rasgos hipócritas me traicionan con comuniones sacrílegas, pisoteando las luces y las fuerzas que les doy continuamente ... ".

El pensamiento de hoy
Preferiría mil cruces, de hecho cada cruz sería dulce y ligera para mí, si no tuviera esta prueba, es decir, sentir siempre la incertidumbre de complacer al Señor en mis operaciones ... Es doloroso vivir así ...
Me resigno, pero resignación, ¡mi fiat parece tan frío, vano! ... ¡Qué misterio! Jesús debe pensarlo solo.