Divina Misericordia: reflexión 8 de abril de 2020

¿Por qué sufrió Jesús como lo hizo? ¿Por qué recibiste una plaga tan grave? ¿Por qué fue tan dolorosa su muerte? Porque el pecado tiene consecuencias y es la fuente de un gran dolor. Pero el abrazo voluntario y sin pecado del sufrimiento de Jesús ha transformado el sufrimiento humano de modo que ahora tiene el poder de limpiarnos y liberarnos del pecado y de cualquier apego al pecado (Ver el diario no. 445).

¿Te das cuenta de que el dolor y sufrimiento extremos que sufrió Jesús se debieron a tu pecado? Es importante reconocer este hecho humillante. Es importante ver una conexión directa entre su sufrimiento y su pecado. Pero esto no debería ser motivo de culpa o vergüenza, debería ser motivo de gratitud. Profunda humildad y gratitud.

Señor, te agradezco todo lo que has soportado en tu santa Pasión. Te agradezco tu sufrimiento y tu cruz. Te agradezco por redimir el sufrimiento y convertirlo en una fuente de salvación. Ayúdame a permitir que los sufrimientos que sufro cambien mi vida y me purifiquen de mi pecado. Combino mis sufrimientos con los tuyos, mi querido Señor, y oro para que los uses para tu gloria. Jesús, creo en ti.