Dos tipos de carnaval, el de Dios y el del diablo: ¿a quién perteneces?

1. El carnaval del diablo. Vea lo despreocupado del mundo: juerga, teatros, bailes, cines, diversiones desenfrenadas. ¿No es el momento en que el diablo, sonriente, anda buscando a quién condenar, tentando almas, acumulando pecados? ¿El carnaval no es el triunfo del diablo? ¡Cuántas almas se pierden en estos días! ¡Cuántas ofensas contra Dios no se multiplican! Quizás tú también te dejes ir porque es carnaval. ¿Crees que el diablo se ríe, pero Jesús siente su corazón perforado! ...

2. El carnaval de Dios: si hay una chispa de amor en ti, ¿puedes ver las almas perdidas impasiblemente, Jesús ofendido, abandonado, maldecido, despreciado y no hacer nada por las almas y por Jesús? Los Santos, en estos días, solían mortificarse, aumentar las oraciones, huir del mundo y multiplicar las visitas al Sacramento. Tales actos consuelan a Jesús, lo apaciguan, lo desarman; ¿Y qué estás haciendo?

3. ¿A qué clase perteneces? ¿Eres mundano? Siéntase libre, siga como desee; pero si por diversión fui al infierno, ¿qué sería de ti? - ¿Eres practicante? Continúa, de hecho progresa, recordando a San Felipe, la bendita María de los Ángeles y otros santos celosos para compensar a Jesús. ¿Estás oscilando entre la devoción y los placeres? Recuerda que dos maestros no pueden ser servidos.

PRÁCTICA. - Elige algo de penitencia para practicar durante todo el carnaval.