Dos curaciones inéditas verdaderamente extraordinarias del Padre Pío

Un caballero de Foggia tenía sesenta y dos años en 1919 y caminaba apoyándose con dos palos. Se había roto las piernas cuando se cayó del coche y los médicos no pudieron curarlo. Después de confesar, el Padre Pío le dijo: "Levántate y vete, tienes que tirar estos palos". El hombre obedeció la maravilla de todos.

Un evento sensacional que agitó toda el área de Foggia le sucedió al hombre en 1919. El hombre en ese momento solo tenía catorce años. A los cuatro años de edad, sufriendo de tifus, había sido víctima de una forma de raquitismo que había deformado su cuerpo causándole dos jorobas llamativas. Un día, el Padre Pío lo confesó y luego lo tocó con sus manos estigmatizadas y el niño se levantó del rodillazo tan recto como nunca lo había estado.

ORACIÓN para obtener su intercesión

Oh Jesús, lleno de gracia y caridad y víctima de los pecados, quien, impulsado por el amor a nuestras almas, quería morir en la cruz, te suplico humildemente que glorifiques, incluso en esta tierra, al siervo de Dios, San Pío. de Pietralcina que, en generosa participación en tus sufrimientos, te amó tanto y prodigó tanto por la gloria de tu Padre y por el bien de las almas. Por lo tanto, le ruego que me conceda, por su intercesión, la gracia (para exponer), que deseo ardientemente.

3 Gloria al Padre