Estar abierto a los dones del Espíritu

Juan el Bautista vio a Jesús venir hacia él y dijo: “He aquí, el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Es lo que dije: "Un hombre viene detrás de mí, que está delante de mí porque existió antes que yo". Juan 1: 29-30

La intuición que San Juan Bautista tenía sobre Jesús es bastante estimulante, misteriosa y sorprendente. Él ve a Jesús venir hacia él e inmediatamente afirma tres verdades reveladas sobre Jesús: 1) Jesús es el Cordero de Dios; 2) Jesús se posiciona ante Juan; 3) Jesús existió antes que Juan.

¿Cómo puede John saber todo esto? ¿Cuál fue la fuente de declaraciones tan profundas sobre Jesús? Lo más probable es que John hubiera estudiado las Escrituras de la época y hubiera sabido las muchas declaraciones sobre el futuro Mesías hechas por los profetas de la antigüedad. Habría conocido los Salmos y los Libros de la sabiduría. Pero antes que nada, John habría sabido lo que sabía del don de la fe. Habría tenido una verdadera intuición espiritual otorgada por Dios.

Este hecho revela no solo la grandeza de Juan y la profundidad de su fe, sino que también revela el ideal por el cual debemos luchar en la vida. Debemos esforzarnos por caminar todos los días a través de una auténtica intuición espiritual otorgada por Dios.

No es tanto que tengamos que vivir, día a día, en una especie de estado evidente, profético y místico. No es que debamos esperar tener un mayor conocimiento que otros. Pero debemos estar abiertos a los dones del Espíritu Santo para adquirir un conocimiento y comprensión de la vida que está más allá de lo que la simple razón humana puede adquirir con sus propios esfuerzos.

John estaba claramente lleno de sabiduría, comprensión, consejo, conocimiento, fortaleza, reverencia y asombro. Estos dones del Espíritu le dieron la habilidad de vivir una vida sostenida por la gracia de Dios. Juan sabía cosas y entendió cosas que solo Dios podía revelar. Amaba y veneraba a Jesús con la pasión y la sumisión de su voluntad que solo podía ser inspirada por Dios. Más evidentemente, la santidad de Juan vino como consecuencia de su unión con Dios.

Reflexione hoy sobre la declaración excepcionalmente perspicaz de Juan acerca de Jesús: Juan sabía lo que sabía solo porque Dios estaba vivo en su vida al guiarlo y revelar estas verdades. Comprométete hoy a imitar la profunda fe de Juan y ábrete a todo lo que Dios quiere hablarte.

Mi precioso Señor Jesús, dame intuición y sabiduría para que pueda conocerte y creer en ti. Ayúdame, cada día, a descubrir más profundamente el gran y majestuoso misterio de quién eres. Te amo, mi Señor, y oro para que pueda conocerte y amarte aún más. Jesús, creo en ti.