"Eucaristía o Dios directamente en la vena" por Viviana Maria Rispoli

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Con la Palabra de Dios tenemos a Dios mismo que habla a nuestra alma, con el Espíritu Santo tenemos a Dios que nos ilumina, nos empuja, nos da muchos, muchos dones ordinarios y extraordinarios, con la Eucaristía tenemos a Dios íntegro dentro de nuestro cuerpo y dentro de todos. nuestras facultades. ¿Te das cuenta? Muchos creen que pueden prescindir de la Eucaristía, pero están locos. ¿Podría Dios habernos dejado algo inútil? En cambio, nos dejó la realidad más preciosa del mundo: él mismo por completo. Los tiempos son cada vez más serios, si hace dos mil años fueron los últimos tiempos en los que ya se desató el diablo, mucho menos estos tiempos y los que serán, aquí cada vez más ni la oración ni nuestras buenas obras serán suficientes necesitaremos ese don que Dios nos ha dejado y que tan pocos han entendido y apreciado. Tenemos y necesitaremos a Dios directamente en la vena, necesitaremos su Sangre fluyendo en la nuestra, necesitaremos su Carne que se hace una con la nuestra, necesitamos su pensamiento y su voluntad de resistir en los malos días de la agitación del monstruo. No tengo hijos pero si yo fuera madre, mi bebé lo destetaría a la comunión todos los días excepto el trozo de carne y los alimentos deliciosos y vitamínicos, mi bebé le daría a Dios todo lo posible para que crezca con todas las verdaderas e importantes defensas inmunes. Adecuado para afrontar este mundo cada vez más aterrador. Llevas a los niños al colegio, a la piscina, al gimnasio y no para llevarlos al gran Defensor de su vida.

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