Evangelio de hoy 30 de agosto de 2020 con el consejo del Papa Francisco

Primera lectura

Del libro del profeta Geremìa
Jer 20,7-9

Tú me sedujiste, Señor, y yo me dejé seducir;
me hiciste violencia y prevaleciste.
Me he convertido en objeto de burla todos los días;
todos se burlan de mí.
Cuando hablo, tengo que gritar
Tengo que gritar: «¡Violencia! ¡Opresión!".
Así llegó a mí la palabra del Señor
causa de vergüenza y desprecio todo el día.
Me dije: "Ya no pensaré en él,
¡No hablaré más en su nombre! ».
Pero en mi corazón había como un fuego ardiente
retenido en mis huesos;
Traté de contenerlo
pero no pude.

Segunda lectura

De la carta de san Pablo apóstol a los romanos
Rm 12,21-27

Hermanos, os exhorto, por la misericordia de Dios, a ofrecer vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios; esta es tu adoración espiritual.
No os conforméis a este mundo, sino dejadros transformar renovando vuestra manera de pensar, para discernir la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto.

EVANGELIO DEL DIA
Del Evangelio según Mateo
Mt 16,21-27

En ese momento, Jesús comenzó a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y sufrir mucho de los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser asesinado y resucitado al tercer día.
Pedro lo llevó aparte y comenzó a regañarlo diciendo: "Dios no lo quiera, Señor; esto nunca te sucederá ». Pero él, volviéndose, le dijo a Pedro: «¡Apártate de mí, Satanás! ¡Eres un escándalo para mí, porque no piensas según Dios, sino según los hombres! ».
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, debe negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará.
De hecho, ¿qué ventaja tendrá un hombre si gana el mundo entero pero pierde su vida? ¿O qué puede dar un hombre a cambio de su vida?
Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según sus actos ”.

PALABRAS DEL SANTO PADRE
No podemos pensar en la vida cristiana fuera de este camino. Siempre está este camino que él hizo primero: el camino de la humildad, el camino también de la humillación, de aniquilarse a sí mismo y luego volver a levantarse. Pero esta es la forma. El estilo cristiano sin cruz no es cristiano, y si la cruz es una cruz sin Jesús, no es cristiano. El estilo cristiano toma la cruz con Jesús y continúa. No sin la cruz, no sin Jesús (Santa Marta 6 de marzo de 2014)