Jesús está a tu lado esperando que lo busques

Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre una almohada. Lo despertaron y le dijeron: "Maestro, ¿no le importa que nos estemos muriendo?" Se despertó, regañó al viento y le dijo al mar: “¡Cálmate! ¡Estarse quieto! El viento paró y hubo una gran calma. Marcos 4: 38-39

¡Y hubo una gran calma! Sí, esta es una referencia a la tranquilidad del mar, pero es un mensaje hablado sobre el tumulto que a veces enfrentamos en la vida. Jesús quiere traer gran calma a nuestras vidas.

Es muy fácil desanimarse en la vida. Es muy fácil concentrarse en el caos que nos rodea. Ya sea una palabra dura y picante de otro, un problema familiar, disturbios civiles, preocupaciones financieras, etc., hay muchas razones por las cuales cada uno de nosotros cae en la trampa del miedo, la frustración, la depresión. y ansiedad

Pero fue por esta razón que Jesús permitió que este evento tuviera lugar con sus discípulos. Abordó el bote con sus discípulos y les permitió experimentar una tormenta violenta mientras dormía, para que pudieran traer un mensaje claro y convincente para todos nosotros de esta experiencia.

En esta historia, los discípulos se centraron en una cosa: ¡se estaban muriendo! El mar los estaba lanzando y temían un desastre inminente. Pero a pesar de todo, Jesús estaba allí durmiendo profundamente, esperando que despertara. Y cuando lo despertaron, tomó el control de la tormenta y trajo la calma perfecta.

Lo mismo es cierto en nuestras vidas. Somos tan fácilmente sacudidos por el estrés y las dificultades de la vida cotidiana. Muy a menudo nos dejamos abrumar por los problemas que enfrentamos. La clave es poner los ojos en Jesús: verlo allí, frente a ti, durmiendo y esperando que lo despiertes. Siempre está ahí, siempre esperando, siempre listo.

Despertar a nuestro Señor es tan simple como apartar la vista del mar tormentoso y confiar en su presencia divina. Se trata de la confianza. Confianza total e inquebrantable. ¿Usted confia en el?

Reflexione hoy sobre las causas diarias de ansiedad, miedo o confusión. ¿Qué parece arrojarte aquí y allá que te causa estrés y preocupaciones? Al ver esta carga, también ves a Jesús allí contigo, esperando que vengas a él con confianza para que pueda tomar el control de cada situación en la vida en la que te encuentres. Él te ama y realmente cuidará de ti.

Señor, me dirijo a ti en medio de los desafíos de la vida y deseo despertar para ayudarme. Sé que siempre estás cerca, esperando que confíe en ti en todas las cosas. Ayúdame a volver mis ojos hacia ti y tener fe en tu perfecto amor por mí. Jesús, creo en ti.