“Tira tus muletas”, otro milagro del Padre Pío

Milagro "Tira las muletas" del Padre Pio: Otro de los muchos milagros atribuidos a la intercesión de San Padre Pio fue el que se informó durante el verano de 1919, del cual la noticia llegó al público en general y a los periódicos, a pesar de los esfuerzos. del padre Benedetto y del padre Paolino. Esto, atestiguado por el padre Paolino, se refería a una de las personas más desafortunadas de San Giovanni Rotondo, un anciano discapacitado mental y físicamente llamado Francesco Santarello. Cojeaba tan patéticamente que no podía caminar. En cambio, gateó hasta ponerse de rodillas, sostenido por un par de muletas en miniatura. El desdichado hombrecillo subía todos los días al monasterio del convento para mendigar pan y sopa, como hacía años. El pobre Santarello era parte integrante de la comunidad y todos lo conocían.

Un día Santarello se había posicionado, como de costumbre, cerca de la puerta del claustro, pidiendo limosna. Como de costumbre, se había reunido una gran multitud, esperando que el Padre Pío saliera y entrara a la iglesia. Al pasar Pío, Santarello gritó: "¡Padre Pío, dame una bendición!" Sin detenerse, Pio lo miró y le dijo: "¡Tira tus muletas!"

Aturdido, Santarello no se movió. Esta vez padre pio se detuvo y gritó: “Dije:“ ¡Tira tus muletas! Entonces, sin añadir nada más, Pío entró a la iglesia para decir misa.

"Tira las muletas" El milagro del Padre Pío: Frente a decenas de personas, Santarello arrojó sus muletas y, por primera vez en su vida, comenzó a caminar sobre sus pies deformados ante el gran asombro de sus compañeros del pueblo, quienes un unos minutos antes lo habían visto tambalearse, como siempre, de rodillas .........

Oración al Padre Pio (por Mons.Angelo Comastri) Padre Pio, viviste en el siglo del orgullo y fuiste humilde. Padre Pio que pasaste entre nosotros en la era de las riquezas que soñaste, jugaste y adoraste, y seguiste siendo pobre. Padre Pío, nadie escuchó la voz a tu lado: y hablaste con Dios; cerca de ti nadie vio la luz: y viste a Dios. Padre Pio, mientras jadeabamos, te quedaste de rodillas y viste el Amor de Dios clavado en un bosque, herido en las manos, pies y corazón: ¡para siempre! Padre Pio, ayúdanos a llorar ante la cruz, ayúdanos a creer ante el Amor, ayúdanos a sentir la Misa como un grito de Dios, ayúdanos a buscar el perdón como un abrazo de paz, ayúdanos a ser cristianos con las heridas que derraman sangre de la caridad. fiel y silencioso: como las heridas de Dios! Amén.