Los santos nos dan un modelo a seguir, un testimonio de caridad y amor

Hoy honramos a esos hombres y mujeres santos que nos precedieron en la fe y lo hicieron de manera gloriosa. Al honrar a estos grandes campeones de la fe, reflexionamos sobre quiénes son y el papel que siguen desempeñando en la vida de la Iglesia. El siguiente extracto es del capítulo 8 de ¡Mi fe católica! :

La Iglesia triunfante: los que nos precedieron y ahora comparten las glorias del Cielo, en la visión beatífica, no se han ido. Por supuesto, no los vemos y no necesariamente podemos escucharlos hablarnos de la forma física que lo hacían cuando estaban en la Tierra. Pero no se han ido para nada. Santa Teresa de Lisieux lo dijo mejor cuando dijo: “Quiero pasar mi paraíso haciendo el bien en la Tierra”.

Los santos en el cielo están en plena unión con Dios y forman la Comunión de los santos en el cielo, ¡la Iglesia triunfante! Lo que es importante notar, sin embargo, es que aunque están disfrutando de su recompensa eterna, todavía están muy preocupados por nosotros.

A los santos del cielo se les confía la importante tarea de intercesión. Por supuesto, Dios ya conoce todas nuestras necesidades y puede pedirnos que vayamos directamente a Él en nuestras oraciones. Pero la verdad es que Dios quiere utilizar la intercesión y por tanto la mediación de los santos en nuestra vida. Los usa para llevarle nuestras oraciones y, a cambio, para traernos su gracia. Se vuelven poderosos intercesores por nosotros y participantes de la acción divina de Dios en el mundo.

¿Porque es así? Una vez más, ¿por qué Dios simplemente no elige tratar con nosotros directamente en lugar de pasar por intermediarios? Porque Dios quiere que todos compartamos Su buena obra y Su plan divino. Sería como si un padre le comprara un hermoso collar a su esposa. Ella se lo muestra a sus hijos pequeños y están encantados con este regalo. La madre entra y el padre pide a los niños que le traigan el regalo. Ahora el regalo es de su esposo, pero lo más probable es que ella agradezca primero a sus hijos por su participación en darle este regalo. El padre quería que los niños participaran en este regalo y la madre quería que los niños fueran parte de su recepción y gratitud. ¡Así es con Dios! Dios quiere que los santos participen en la distribución de sus múltiples dones. ¡Y este acto llena su corazón de alegría!

Los santos también nos dan un modelo de santidad. La caridad que vivieron en la Tierra sigue viva. El testimonio de su amor y sacrificio no fue solo un acto único en la historia. Más bien, la caridad está viva y sigue teniendo un efecto positivo. Por tanto, la caridad y el testimonio de los santos vive e influye en nuestra vida. Esta caridad en su vida crea un vínculo con nosotros, una comunión. Nos permite amarlos, admirarlos y querer seguir su ejemplo. Es esto, junto con su continua intercesión, lo que establece un poderoso vínculo de amor y unión con nosotros.

Señor, mientras los santos del cielo te adoran por la eternidad, oro por su intercesión. Santos de Dios, por favor vengan a mi ayudante. Oren por mí y tráiganme la gracia que necesito para vivir una vida santa a imitación de sus propias vidas. Todos los santos de Dios, ruega por nosotros. Jesús, creo en ti.