El mes de febrero dedicado al Espíritu Santo: la coronilla para rezar todos los días

El mes de febrero la Iglesia siempre ha conmemorado al Espíritu Santo, la tercera persona de la Santísima Trinidad. Este tipo de devoción entre los católicos no está muy extendido pero Jesús en su palabra y la Iglesia en su enseñanza nos dice que sin el Espíritu Santo no somos verdaderos hijos de Dios.

En este mes de febrero hacemos esta devoción y rezamos esta coronilla todos los días.

Dios ven y sálvame
Oh Señor, date prisa para ayudarme

Gloria al Padre ...
Como era al principio ...

Ven, oh Espíritu de Sabiduría, nos separa de las cosas de la tierra e infunde amor y gusto por las cosas del cielo.
Santo Padre, en el nombre de Jesús envía tu Espíritu para renovar el mundo. (7 veces)

Ven, Oh Espíritu del Intelecto, ilumina nuestra mente con la luz de la verdad eterna y enriquecela con pensamientos santos.
Santo Padre, en el nombre de Jesús envía tu Espíritu para renovar el mundo. (7 veces)

Ven, Oh Espíritu del Consejo, haznos dóciles a tus inspiraciones y guíanos en el camino de la salud.
Santo Padre, en el nombre de Jesús envía tu Espíritu para renovar el mundo. (7 veces)

Ven, Oh Espíritu de Fortaleza, y danos fuerza, constancia y victoria en las batallas contra nuestros enemigos espirituales.
Santo Padre, en el nombre de Jesús envía tu Espíritu para renovar el mundo. (7 veces)

Ven, oh Espíritu de la Ciencia, sé Maestro de nuestras almas y ayúdanos a poner en práctica tus enseñanzas.
Santo Padre, en el nombre de Jesús envía tu Espíritu para renovar el mundo. (7 veces)

Ven, oh Espíritu de piedad, ven a morar en nuestro corazón para poseer y santificar todos sus afectos.
Santo Padre, en el nombre de Jesús envía tu Espíritu para renovar el mundo. (7 veces)

Ven, oh Espíritu del Santo Miedo, reina sobre nuestra voluntad y haz que siempre estemos dispuestos a sufrir todo mal en lugar de pecar.
Santo Padre, en el nombre de Jesús envía tu Espíritu para renovar el mundo. (7 veces)

Oremos

Tu Espíritu viene, Señor, y transfórmanos interiormente con Sus dones:

crea en nosotros un nuevo corazón, para que podamos complacerte y cumplir con tu voluntad.
Por Cristo nuestro Señor. Amén

Al final, le aconsejo que se detenga durante diez minutos y se quede en blanco mental y piense en cómo el Espíritu Santo puede mejorar su vida de fe.