Invocación a los nueve coros angelicales para obtener la liberación del mal.

I - Oh, los Ángeles más santos, las Criaturas más puras, los Nunzi y los Ministros más nobles del Rey Supremo de la gloria y los ejecutores más fieles de sus mandamientos, purifiquen mis oraciones y, ofreciéndolas a la Majestad del Altísimo, dejen un dulce olor a Fe. Esperanza y caridad.
- Gloria al Padre ...

II - ¡Oh, arcángeles más fieles, capitanes de la milicia celestial! Obtenme la luz del Espíritu Santo, instrúyeme en los misterios divinos y fortifícame contra el enemigo común.
- Gloria al Padre ...

III - Oh Principados sublimes, gobernadores del mundo, así que gobierna también mi alma, para que nunca sea dominada por los sentidos.
- Gloria al Padre ...

IV - Oh Poderes más invitados, detén al maligno cuando me ataque y mantenlo alejado de mí, para que no me alejes de Dios.
- Gloria al Padre ...

V - Oh Virtudes más poderosas, fortifica mi espíritu, para que, lleno de tu valor, puedas avanzar en la conquista de todas las virtudes y resistir cualquier asalto infernal.
- Gloria al Padre ...

VI - ¡Oh, Dominaciones más maravillosas !, obtén para mí un dominio perfecto de mí mismo y una fuerza sagrada, de modo que pueda eliminar inmediatamente todo lo que desagrada a Dios.
- Gloria al Padre ...

VII - Oh tronos estables y eternos, enseña a mi alma la verdadera humildad, para que pueda convertirse en el hogar de ese Señor que reside benignamente en lo más mínimo.
- Gloria al Padre ...

VIII - Querubines muy sabios, absortos en la contemplación divina, hazme saber mi miseria y la grandeza del Señor.
- Gloria al Padre ...

IX - ¡Oh, Serafín más ardiente! Enciende mi corazón con tu fuego, porque solo amas a Aquel a quien amas sin cesar.
- Gloria al Padre ...