Consagración a los Sagrados Corazones: la devoción de toda gracia

CONSAGRACIÓN A LOS CORAZONES DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉ

Muy dulces corazones de Jesús, María y José, consagro mi corazón por completo y para siempre con todos sus deseos, afectos, proyectos y decisiones. Te doy todo mi corazón. Los hago señores y dueños de todo lo que soy y me siento: mi cuerpo, mi alma, mis facultades y mis sentidos, mi vida y todo mi ser, mis dolores y mis miserias, mi trabajos y mis sufrimientos. Tuyo es mi intelecto y mi voluntad, mis ojos, mis oídos, mi lenguaje, mi corazón. Acepta mi oferta y no dejes que me separe de ti. Mi corazón sea uno con el tuyo. Ayúdame, protégeme y defiéndeme como cosa tuya y propiedad. Jesús, José y María, te doy mi corazón y mi alma.