Devoción a María y la poderosa corona a su Inmaculado Corazón

Ven, María, y dignate a vivir en esta casa. Así como la Iglesia y toda la raza humana fueron consagradas a su Inmaculado Corazón, así perpetuamente confiamos y consagramos a nuestra familia a su Inmaculado Corazón. Tú, que eres Madre de la Divina Gracia, consíguenos vivir siempre en la gracia de Dios y en paz entre nosotros.
Quédate con nosotros; Le damos la bienvenida con el corazón de los niños, indignos, pero ansiosos por ser siempre suyos, en la vida, en la muerte y en la eternidad. Quédate con nosotros como vivías en la casa de Zacharias y Elizabeth; cómo te alegraste en la casa de los esposos de Cana; como eras madre del apóstol Juan. Tráenos a Jesucristo, Camino, Verdad y Vida. Elimina el pecado y todo mal de nosotros.
En esta casa se Madre de Gracia, Maestra y Reina. Dispensa a cada uno de nosotros las gracias espirituales y materiales que necesitamos; Especialmente aumentar la fe, la esperanza, la caridad. Despierta entre nuestras queridas vocaciones santas. Siempre esté con nosotros, en alegrías y tristezas, y sobre todo asegúrese de que algún día todos los miembros de esta familia estén con usted en el Paraíso.

Coronilla al Inmaculado Corazón de María

I.- El corazón más sagrado de María siempre virgen e inmaculado, Corazón después del de Jesús, el más puro, el más santo, el más noble formado por la mano del Todopoderoso; Corazón muy amoroso de caridad llena y tierna, te alabo, te bendigo y te ofrezco todos los respetos de los que soy capaz. Dios te salve María ... dulce corazón de María, sé mi salvación.

II - El más sagrado corazón de María siempre virgen e inmaculada, te doy infinitas gracias por todos los beneficios por tu intercesión recibida. Me uno a todas las almas más fervientes, para honrarte más, para alabarte y bendecirte. Dios te salve María ... dulce corazón de María, sé mi salvación.

III. - El más sagrado corazón de María siempre virgen e inmaculado, sé la forma en que me acercas al amoroso Corazón de Jesús, y por el cual Jesús mismo me lleva a la montaña mística de la santidad. Dios te salve María ... dulce corazón de María, sé mi salvación.

IV. - El más sagrado corazón de María siempre virgen e inmaculado, sé tú en todas mis necesidades mi refugio, mi consuelo; sé el espejo en el que contemplas, la escuela donde estudias las lecciones del Divino Maestro; déjame aprender de ti lo máximo de él, especialmente la pureza, la humildad, la mansedumbre, la paciencia, el desprecio del mundo y, sobre todo, el amor de Jesús. Dios te salve María ... El dulce corazón de María sea mi salvación.

V. - El más sagrado corazón de María, siempre virgen e inmaculada, trono de caridad y paz, te presento mi corazón, aunque agitado y deformado por pasiones desenfrenadas; Sé que no es digno de que te lo ofrezcan, pero no lo rechaces por lástima; purifícalo, santifícalo, llénalo con tu amor y el amor de Jesús; devuélvelo a tu semejanza, para que un día contigo sea bendecido para siempre. Dios te salve María ... dulce corazón de María, sé mi salvación.

Consagración al Inmaculado Corazón de María

Oh María, mi Madre más amable, hoy te ofrezco a tu hijo, y consagro para siempre a tu Inmaculado Corazón todo lo que queda de mi vida, mi cuerpo con todas sus miserias, mi alma con todas sus debilidades, el mi corazón con todos sus afectos y deseos, todas las oraciones, trabajos, amores, sufrimientos y luchas, especialmente mi muerte con todo lo que lo acompañará, mis dolores extremos y mi última agonía.

¡Todo esto, Madre mía, lo uní para siempre e irrevocablemente a Tu amor, a Tus lágrimas, a Tus sufrimientos! Mi más dulce madre, recuerda a este hijo tuyo y la consagración que hace de sí mismo a tu Inmaculado Corazón, y si yo, abrumado por la desesperación y la tristeza, por los disturbios o la angustia, a veces te olvidaría, entonces, Madre mía, te pido y te ruego, por el amor que traes a Jesús, por sus heridas y por su sangre, para protegerme como tu hijo y no abandonarme hasta que esté contigo en la gloria. Amén.