La devoción al Padre Pío y su pensamiento del 21 de noviembre.

Sea asiduo en la oración y la meditación. Ya me has dicho que has comenzado. ¡Oh, Dios, esto es un gran consuelo para un padre que te ama como su alma! Continúa progresando siempre en el ejercicio sagrado del amor a Dios. Gira algunas cosas todos los días: tanto de noche, a la tenue luz de la lámpara como entre la impotencia y la esterilidad del espíritu; tanto durante el día, en la alegría como en la deslumbrante iluminación del alma.

En la historia del convento, el 23 de octubre de 1953, esta anotación se puede leer.

“Esta mañana, recibió la vista la señorita Amelia Z., una mujer ciega de 27 años que vino de la provincia de Vicenza. Así es como. Después de confesar, le pidió al Padre Pio una vista. El Padre respondió: "Ten fe y ora mucho". Al instante, la joven vio al Padre Pío: la cara, la mano bendecida, los medios guantes que ocultaban los estigmas.

Su vista aumentó rápidamente, de modo que la joven ya estaba viendo de cerca. Refiriéndose al perdón al Padre Pío, respondió: "Agradecemos al Señor". Entonces la joven, mientras estaba en el claustro besó la mano del Padre y le agradeció, le pidió la vista completa, y el Padre "Poco a poco vendrá todo".