La devoción de las 63 eyaculaciones a Nuestra Señora para tener la gracia solicitada

Esta oración se recita a Nuestra Señora cada vez que desee su poderosa ayuda. Rica en gracias, contiene muy fuertes invocaciones a María que, hechas con insistencia, dejan sin duda que Nuestra Señora hace la gracia solicitada.

TEXTO DE LA CORONA:

1er MISTERIO o INTENCIÓN: En honor al privilegio de su Inmaculada Concepción.

(10 veces) Oh María concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a ti

Gloria al Padre ...

2do MISTERIO o INTENCIÓN: En honor al privilegio de su Divina Maternidad.

(10 veces) Oh María concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a ti

Gloria al Padre ...

3er MISTERIO o INTENCIÓN: en honor del privilegio de su virginidad perpetua.

(10 veces) Oh María concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a ti

Gloria al Padre ...

4to MISTERIO o INTENCIÓN: En honor al privilegio de su Asunción Corporal.

(10 veces) Oh María concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a ti

Gloria al Padre ...

5to MISTERIO o INTENCIÓN: En honor al privilegio de su Mediación Universal.

(10 veces) Oh María concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a ti

Gloria al Padre ...

6to MISTERIO o INTENCIÓN: en honor del privilegio de su reinado universal.

(10 veces) Oh María concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a ti

Gloria al Padre ...

OREMOS

Recuerda, Santísima Virgen Madre, que nunca se ha entendido en el mundo que alguien ha recurrido a ti para implorar tu ayuda y ha sido abandonado. Yo también, animada por tanta confianza, me vuelvo hacia ti, la Virgen Madre más pura, y vengo a colocarme frente a ti, una pecadora descorazonada y desconsolada. Tú, que eres la Madre de la Palabra, no rechaces mi pobre voz, sino escúchala con benevolencia y escúchame.

(3 veces) Oh María concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a ti

Gloria al Padre ...

Recite esta corona todos los días como lo han hecho muchos santos en sus vidas y verá que su fe cambia, tiene una fuerte dirección hacia el camino de Dios.