La famosa leyenda de Sant'Antonio Abate, patrón de los animales domésticos y del fuego que regaló a los hombres

Sant'Antonio Abate Fue un abad y ermitaño egipcio considerado el fundador del monaquismo cristiano y el primero de todos los abades. Es el santo patrón de las mascotas, el ganado, los agricultores y todas las profesiones relacionadas con los animales. También se le considera protector de quienes trabajan con el fuego y de las enfermedades de la piel y también patrón de los sepultureros.

santo

Sant'Antonio nació en 250 de una familia adinerada. Solo 20 años decide deshacerse de todas sus posesiones, repartirlas entre los pobres e irse a vivir una vida de soledad, primero en un área Desierto y posteriormente a orillas del Mar Rojo. En el desierto fue tentado por demonio, pero gracias a su oración logró resistir. Entonces Dios lo bendijo concediéndole el poder de curar a los enfermos, liberando a los endemoniados e instruyendo a quienes deseaban dedicarse a la vida ascética.

San Antonio Abad va al infierno a recuperar el fuego

San Antonio Murió a la edad de más de cien años. años en el año 356. A este santo se vincula una leyenda que narra un episodio en el que se dice que sí fuí al infierno para robarle el fuego al diablo. Según la leyenda, mientras San Antonio distrajo al diablo, el cerdito que lo acompañaba corrió al infierno y robó un tizón para llevárselo a los hombres.

cerdito

Esta leyenda es conocida otra version que afirma que el santo fue al infierno y tuvo algunas disputas con el diablo almas de los difuntos. Mientras el cerdito causaba caos entre los demonios San Antonio encendió su bastón con fuego del infierno para sacarlo.

Cerdeña también tiene una tradición ligada a Sant'Antonio Abate. Según esta versión, unos hombres fueron a Sant'Antonio en el desierto pidiéndole que les ayudara a tener fuego, ya que tenían frío. San Antonio decidió ir al infierno a traerles fuego. Con su cerdo y su bastón, pidió a los demonios que le abrieran las puertas del infierno, pero ellos se negaron.

Solo el cerdito se le permitió entrar y aprovechó para hacer ruido entre los demonios para distraerlos y darle oportunidad de entrar al santo. San Antonio se dirigió al infierno y calma tanto el cerdito como los demonios. Al regresar afuera, usó su bastón en llamas para prender fuego al los hombres.