Fe en Jesús, el principio de todo.

Si solo toco su ropa, seré curado ". Inmediatamente su flujo de sangre se secó. Sintió en su cuerpo que estaba curada de su aflicción. Marcos 5: 28-29

Estos son los pensamientos y la experiencia de la mujer que había sufrido mucho durante doce años con sangrado. Buscó muchos médicos y gastó todo lo que tenía en un intento de curarse. Lamentablemente, nada funcionó.

Es posible que Dios permitió que su sufrimiento continuara durante todos esos años para que se le diera esta oportunidad particular de manifestar su fe para que todos la vieran. Curiosamente, este pasaje en realidad revela su pensamiento interno cuando se acerca a Jesús: "Si solo toco su ropa ..." Este pensamiento interno es una hermosa ilustración de la fe.

¿Cómo sabría él que se curaría? ¿Qué te llevó a creerlo con tanta claridad y convicción? ¿Por qué, después de pasar doce años trabajando con todos los médicos que pudo conocer, de repente se daría cuenta de que todo lo que tenía que hacer era tocar la ropa de Jesús para ser sanada? La respuesta es simple porque se le ha dado el don de la fe.

Esta ilustración de su fe revela que la fe es un conocimiento sobrenatural de algo que solo Dios puede revelar. En otras palabras, ella sabía que iba a ser sanada y su conocimiento de esta curación le llegó como un regalo de Dios. Una vez impartida, tuvo que actuar sobre este conocimiento y al hacerlo, dio un maravilloso testimonio a todos los que ellos leerían su historia.

Su vida, y en particular esta experiencia, debería desafiarnos a todos a darnos cuenta de que Dios también nos dice verdades profundas, si solo escuchamos. Él habla constantemente y revela la profundidad de su amor, llamándonos a entrar en una vida de fe manifiesta. Él quiere que nuestra fe sea no solo el fundamento de nuestra vida, sino también un poderoso testimonio para los demás.

Reflexione hoy sobre la creencia interna de fe que tenía esta mujer. Ella sabía que Dios la curaría porque se permitió escucharlo hablar. Reflexione sobre su atención interior a la voz de Dios e intente abrirse a la misma profundidad de fe de la que esta santa mujer fue testigo.

Señor, te amo y quiero conocerte y escucharte hablar conmigo todos los días. Por favor, aumente mi fe para que pueda conocerlo y su voluntad para mi vida. Úsame como deseas ser testigo de la fe para los demás. Jesús, creo en ti.