LA GRAN PROMESA DE S. GIUSEPPE

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"Cada persona dirá todos los días, todo un año, siete Nuestro Padre y siete Avemarías en reverencia a los siete dolores que tuve en el mundo, obtendrá toda gracia de Dios, siempre que sea correcto".

1. San José, por el dolor y la alegría que sentiste con motivo de la maternidad de la Virgen María.
Ayúdame paternalmente en la vida y en la muerte.
Nuestro padre, Ave María.

2. San José, por el dolor y la alegría que sentiste con motivo del nacimiento del Niño Jesús.
Ayúdame paternalmente en la vida y en la muerte.
Nuestro padre, Ave María.

3. San José, por el dolor y la alegría que sentiste con ocasión de la circuncisión del Niño Jesús.
Ayúdame paternalmente en la vida y en la muerte.
Nuestro padre, Ave María.

4. San José, por el dolor y la alegría que sentiste con ocasión de la profecía de Simeón.
Ayúdame paternalmente en la vida y en la muerte. Nuestro padre, Ave María.

5. San José, por el dolor y la alegría que sentiste con motivo del vuelo a Egipto.
Ayúdame paternalmente en la vida y en la muerte. Nuestro padre, Ave María.

6. San José, por el dolor y la alegría que sentiste con motivo del regreso de Egipto.
Ayúdame paternalmente en la vida y en la muerte. Nuestro padre, Ave María.

7. San José, por el dolor y la alegría que sentiste con motivo de la pérdida y el hallazgo de Jesús en el templo. Ayúdame paternalmente en la vida y en la muerte.
Nuestro padre, Ave María.

Invocaciones a san José.

1. Recuerda, oh, el más puro esposo de la Virgen María, o mi querido protector San José, que nunca se escuchó a nadie haber invocado tu protección y te pidió ayuda sin haber sido consolado. Con esta confianza, vengo a ti y te recomiendo fervientemente. Oh San José, escucha mi oración, acéptala lastimosamente y concédemela. Amén.

2. Glorioso San José, esposo de María y padre virginal de Jesús, piensa en mí, cuídame. Enséñame a trabajar para mi santificación y toma bajo tu cuidado compasivo las necesidades urgentes que hoy confío a tus preocupaciones paternas. Elimina obstáculos y dificultades y asegúrate de que el resultado feliz de lo que te pido sea para la mayor gloria del Señor y para el bien de mi alma. Y como señal de mi más agradecido agradecimiento, te prometo que darás a conocer tus glorias, mientras que con todo cariño bendigo al Señor que te quería tan poderoso en el cielo y en la tierra.