Meditación hoy: ser justificado por la misericordia

Jesús dirigió esta parábola a aquellos que estaban convencidos de su propia justicia y despreciaban a todos los demás. “Dos personas subieron al área del templo para orar; uno era fariseo y el otro recaudador de impuestos. Lucas 18: 9-10

Este pasaje de las Escrituras presenta la parábola del fariseo y el recaudador de impuestos. Ambos van al templo a orar, pero sus oraciones son muy diferentes entre sí. La oración del fariseo es muy deshonesta, mientras que la oración del publicano es excepcionalmente sincera y honesta. Jesús concluye diciendo que el recaudador de impuestos regresó a casa justificado, pero no el fariseo. Afirma: “… porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.

La verdadera humildad es simplemente ser honesto. Con demasiada frecuencia en la vida no somos honestos con nosotros mismos y, por lo tanto, no somos honestos con Dios. Por eso, para que nuestra oración sea verdadera, debe ser honesta y humilde. Y la humilde verdad para todas nuestras vidas se expresa mejor con la oración del recaudador de impuestos que oró: "Oh Dios, ten misericordia de mí, pecador".

¿Qué tan fácil es para usted admitir su pecado? Cuando entendemos la misericordia de Dios, esta humildad es mucho más fácil. Dios no es un Dios severo, pero es un Dios de la mayor misericordia. Cuando entendemos que el deseo más profundo de Dios es perdonar y reconciliarnos con Él, desearemos profundamente la humildad honesta ante Él.

La Cuaresma es un momento importante para examinar a fondo nuestra conciencia y tomar nuevas resoluciones para el futuro. De esta manera traerás nueva libertad y gracia a nuestras vidas. Así que no temas examinar honestamente tu conciencia para que veas tu pecado claramente como Dios lo ve, así podrás hacer esta oración del recaudador de impuestos: "Oh Dios, ten piedad de mí, pecador".

Reflexione sobre su pecado hoy. ¿Con qué estás luchando más en este momento? ¿Hay pecados de tu pasado que nunca confesaste? ¿Hay pecados continuos que justifica, ignora y tiene miedo de enfrentar? Anímese y sepa que la humildad honesta es el camino a la libertad y la única manera de experimentar la justificación ante Dios.

Mi misericordioso Señor, te agradezco por amarme con perfecto amor. Te agradezco tu increíble profundidad de misericordia. Ayúdame a ver todos mis pecados y volverme a Ti con honestidad y humildad para que pueda ser liberado de estas cargas y ser justificado ante tus ojos. Jesús, creo en ti.