La oración que nos ayuda a vivir la meditación.

Algunos de nosotros no estamos naturalmente inclinados a la oración mental. Nos sentamos e intentamos despejar nuestra mente, pero no pasa nada. Nos distraemos fácilmente o simplemente no tenemos palabras para decirle a Dios.

Aunque estar en presencia de Dios es en sí mismo una oración y es muy útil, a veces necesitamos un enfoque guiado para la meditación cristiana.

Un sorprendente método de meditación que no siempre viene a la mente es el Rosario. Es una devoción "tradicional", pero al mismo tiempo es una forma poderosa de meditar más profundamente en los pasajes de la Biblia.

John Procter en su libro The Rosary Guide for Priests and People explica cómo el Rosario es un gran tipo de oración mental para los que están comenzando.

El rosario es una ayuda imparable. No necesitamos libros, ni siquiera necesitamos cuentas. Para la oración del Rosario solo necesitamos lo que siempre tenemos, de Dios y de nosotros mismos.

El rosario simplifica la oración mental. Incluso la imaginación más inestable puede estabilizarse durante el muy poco tiempo necesario para decir una década del Rosario. Para algunos, moverse rápidamente de un pensamiento a otro, de una escena a otra, de un misterio a otro, como lo hacemos en el rezo del Rosario, es un alivio; los hace meditar cuando de otro modo no meditarían en absoluto.

Proctor se refiere a la práctica de meditar sobre varios "misterios" que ocurrieron durante la vida de Jesucristo que se encuentra en los Evangelios. Cada década de Hail Marys se dedica a un evento específico, que luego se pondera yendo de un talón a otro.

Esta práctica puede ser de gran ayuda para muchas personas, especialmente aquellas que no saben por dónde empezar.

Los pueblos del Rosario la soledad de sus mentes con personajes sagrados y cosas sagradas; llena sus corazones con las alegrías de Belén; mueve sus voluntades para sentir pena por la tristeza del patio y el Calvario; hace que su espíritu explote en la gloriosa Aleluya de gratitud y amor mientras meditan en la Resurrección y Ascensión, el descenso del Espíritu Santo y la Gloria de la Reina Celestial.

Si está buscando una manera de profundizar su vida de oración y no sabe a dónde acudir, ¡intente rezar el Rosario!