La vecina capaz de hacer milagros

Hoy, con motivo del 5° aniversario de su desaparición, les hablaremos de Simonetta Pompa Giordani, una ragazza tanto comunes como extraordinarios.

Stefano y Simonetta

Simonetta era una chica extraordinaria, amaba la vida y siempre la vivía con una sonrisa en los labios. Su vida no ha sido nada fácil. Su familia estaba compuesta por una madre severamente discapacitada, una hermana con síndrome de Down y un padre cariñoso y muy crítico.

Después de años de aprendizaje y trabajo duro, la niña había cumplido su sueño de convertirse enilustrador y diseñador. En 2008, cuando aún no existían las redes sociales, a través de un nuevo grupo, Simonetta comenzó a tener largas conversaciones con stefano giordani, un veterinario 6 años menor que ella.

Aparentemente, los dos niños tenían poco en común. Simonetta asistió a la Vía Neucatecuminal, un camino de fe que le había permitido seguir sonriendo a pesar de una infancia difícil. Esteban era ateo y totalmente indiferente a la religión. Tan anticatólico como era, cuando su madre murió, le pidió que sacara el crucifijo del ataúd.

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crédito: foto Stefano Giordani

Simonetta logra acercar a su esposo y padre a la fe

en 2010 los dos jóvenes decidieron conocerse en persona. Fue amor a primera vista y la fe de la muchacha logró en un año desmoronar todas las certezas de Stefano, tanto como para empujarlo a entrar en el camino neucatecuminal. Stefano, amando a esa chica como nunca había amado a nadie en su vida, comprendió que la única forma del verbo amar era el infinitivo.

Sí, los dos jóvenes. se casaron el 3 de junio de 2012 y los siguientes tres años fueron los mejores de sus vidas. Lo único que faltaba para completar su felicidad era un hijo. Después de varias terapias de fertilidad, en 2015 Simonetta fue diagnosticada con cáncer de mama. En ese momento, el sufrimiento entró en sus vidas, pero nunca la desesperación. La fe, los amigos y la comunidad neucatecuminal siempre los acompañaron en este doloroso camino.

En los últimos meses de vida de Simonetta, ella logra cumplir el segundo milagro. Su padre, que siempre ha estado en contra de sus elecciones y su camino de fe, se quita la armadura y comienza a orar.