El camino a seguir para tomar decisiones morales en tu vida

Entonces, ¿qué es una elección moral? Quizás esta es una pregunta demasiado filosófica, pero es importante con implicaciones muy reales y prácticas. Al comprender las cualidades básicas de una elección moral, es más probable que tomemos decisiones correctas en nuestras vidas.

El Catecismo enseña que hay tres fuentes básicas de la moralidad de los actos humanos. Examinaremos estas tres fuentes cuidadosamente porque es importante entender lo que la Iglesia enseña aquí.

La moralidad de los actos humanos consiste en:
- el objeto elegido;
—El fin a la vista o la intención;
—Las circunstancias de la acción.
El objeto, la intención y las circunstancias constituyen las "fuentes", o elementos constitutivos, de la moralidad de los actos humanos. (# 1750)
No te pierdas en el idioma. Separamos cada uno de los elementos de un acto moral para que podamos entender más claramente sus acciones y la moralidad en cuestión. Esto será particularmente útil más adelante en el libro cuando pasemos a cuestiones morales específicas.

Objeto elegido: "objeto elegido" se refiere a la "cosa" específica que elegimos hacer. Algunos artículos que elegimos siempre están equivocados. Llamamos a estas acciones "intrínsecamente malvadas". Por ejemplo, el asesinato (la toma intencional de una vida inocente) siempre está mal. Otros ejemplos podrían ser cosas como blasfemia y adulterio. No hay justificación moral para un acto con un objeto intrínsecamente malo.

Del mismo modo, algunas acciones siempre podrían considerarse moralmente buenas por su propia naturaleza. Por ejemplo, un acto cuyo objeto es la misericordia o el perdón siempre sería bueno.

Pero no todas las acciones humanas, por supuesto, son acciones morales. Por ejemplo, lanzar una pelota es moralmente neutral a menos que las circunstancias (como veremos a continuación) sean tales que la pelota se arroje a la ventana del vecino con la intención de romperla. Pero el acto mismo de lanzar una pelota no es ni bueno ni malo, por eso también debemos considerar la intención y las circunstancias.

Por lo tanto, las cosas más importantes a considerar y actuar son que algunos objetos en sí mismos son intrínsecamente malvados y nunca deben hacerse. Algunos son intrínsecamente buenos, como los actos de fe, esperanza y caridad. Y algunas acciones, en realidad la mayoría de las acciones, son moralmente neutrales.

Intención: la intención que motiva una acción juega un papel importante en la determinación de la bondad o maldad moral de la acción. Una mala intención puede alterar lo que parece ser una buena acción en una mala acción. Por ejemplo, imagine a alguien dando dinero a la casa de un niño. Esto parece ser una buena acción. Pero si esa donación fuera hecha por un político solo para obtener el apoyo y el elogio del público, la acción aparentemente buena se transformaría, después de un examen moral, en un acto egoísta, desordenado y pecaminoso.

Además, un objeto intrínsecamente malo nunca puede transformarse en un bien basado en una buena intención de la persona que actúa. Por ejemplo, mentir directamente es elegir un objeto maligno. Un buen final nunca se logra eligiendo un objeto maligno. Por lo tanto, mentir, incluso si se hace con una intención aparentemente buena, sigue siendo pecaminoso. "El fin no justifica los medios."

Circunstancias: las circunstancias que rodean un acto moral también son importantes. Las circunstancias no pueden, por sí mismas, hacer un acto bueno o malo, pero pueden influir en la responsabilidad moral de quienes actúan. Por ejemplo, si alguien está mintiendo, esta es una acción incorrecta. Sin embargo, si están extremadamente asustados y mienten para salvar sus vidas, lo más probable es que no sean moralmente responsables de la mentira de alguien que mintió sin razón alguna. El miedo extremo y circunstancias similares no hacen que mentir sea bueno o incluso neutral. Las circunstancias nunca cambian el objeto del acto. Pero las circunstancias pueden influir en la responsabilidad de una acción.

Sin embargo, las circunstancias no solo reducen la culpa. También pueden contribuir a la bondad moral de una acción. Por ejemplo, toma decir la verdad. Digamos que alguien está extremadamente asustado pero, a pesar del miedo, todavía dice la verdad de una manera virtuosa y valiente. Ese acto de verdad se vuelve más virtuoso precisamente por las circunstancias difíciles.

Esperemos que esta breve reflexión sobre las tres fuentes de la moralidad ayude a comprender mejor la toma de decisiones morales. Si todavía parece un poco confuso, no te preocupes. Por ahora, trate de comprender los principios básicos.