La triste historia de San Bartolomeo, el mártir desollado vivo

Hoy queremos hablarte de San Bartolomeo Apóstol, uno de los discípulos más cercanos a Jesús, recordado por el martirio sufrido, el más brutal de los sufridos por los santos mártires.

santo

San Bartolomeo es uno de los doce apostoles de jesus y según la tradición cristiana fue desollado vivo por su testimonio de fe. Su historia es conmovedora y dolorosa, pero también es un testimonio de la fuerza de la fe cristiana.

Bartolomeo era originario de dYo puedo una, en Galilea y como muchos de sus compañeros apóstoles, fue un pescatore antes de conocer a Jesús, Felipe, otro apóstol, le presentó a Jesús e inmediatamente se convirtió en un seguidor fiel.

Después de que el muerte de jesus, Bartolomeo se dedicó a predicación del evangelio en varias partes del Medio Oriente, incluyendo India y Armenia. Precisamente en esta última región conoció Bartolomeo su trágico destino.

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El terrorífico final de San Bartolomeo

Cuenta la leyenda que el rey Astiages, convencido de la veracidad de las palabras del obispo, decidió convertirse al cristianismo. Sin embargo, su hijo, Polimio, no estuvo de acuerdo y decidió vengarse de Bartolomeo. Polimio organizó así una verdadera conspiración contra el santo con el consentimiento y favor de la familia real y los religiosos de la zona.

Un día, Bartolomeo estaba detenido y llevado ante el rey, donde fue obligado a renunciar a su fe. Pero él, fiel a la palabra de Jesús, se negó a ceder y continuó predicando el Evangelio incluso ante la amenaza de muerte.

Polimio decidió así infligir el mayor castigo al santo. cruel e inhumano posible. Bartolomé fue desollado vivo, su piel fue arrancada del cuerpo con ferocidad y violencia. El propósito de esta tortura era infligir la máximo dolor posible y humillar al apóstol, demostrando así la superioridad de la fe pagana.

Pero Bartolomeo resistió hasta el final, pregando y cantando himnos de alabanza a Dios.Finalmente, el santo murió entre sufrimientos atroces y su cuerpo fue arrojado a un río. Sin embargo, su fe y valentía dejaron una huella indeleble en la historia cristiana.