Tu oración del 6 de febrero: cuando vives el desierto en tu vida

El Señor tu Dios te ha bendecido en todo lo que has hecho. Él ha sido testigo de cada uno de tus pasos a través de este gran desierto. Durante estos cuarenta años, el Señor tu Dios ha estado contigo y no te ha faltado nada. - Deuteronomio 2: 7

Como vemos en este versículo, Dios nos muestra quién es él basado en lo que hace. Vemos Sus promesas cumplidas en la vida de Su pueblo y sabemos que Dios mismo está obrando en nuestras vidas.

Cuando estamos en medio de un viaje por el desierto, la mano de Dios parece ausente, cegados como estamos por las circunstancias obvias. Pero a medida que salimos de esa etapa del viaje, podemos mirar hacia atrás y ver que Dios ha vigilado cada uno de nuestros pasos. El viaje fue duro y duró más de lo que pensamos que podríamos manejar. Pero aquí estamos. A lo largo del camino en el desierto, justo cuando pensábamos que no podríamos durar un día más, la misericordia de Dios nos saludó de manera visible: una palabra amable, una medida inesperada o un encuentro "casual". La certeza de su presencia siempre llegó.

El desierto tiene cosas que enseñarnos. Allí aprendemos cosas que no podemos aprender en ningún otro lugar. Vemos la cuidadosa provisión de nuestro Padre bajo una luz diferente. Su amor se destaca sobre el telón de fondo del árido paisaje desértico. En el desierto, llegamos al final de nosotros mismos. Aprendemos de formas nuevas y más profundas a aferrarnos a él y esperarlo. Cuando dejamos el desierto, las lecciones del desierto se quedan con nosotros. Los llevamos con nosotros en la siguiente sección. Recordamos al Dios que nos guió a través del desierto y sabemos que todavía está con nosotros.

Los tiempos del desierto son tiempos fructíferos. Aunque parezcan estériles, en nuestra vida se producen frutos exuberantes cuando caminamos por el desierto. El Señor santificará tus tiempos en el desierto y los hará fructíferos en tu vida.

Oremos

Amado Señor, sé que dondequiera que esté, Tú estás conmigo: guiando, protegiendo, proporcionando. Convierte una montaña en camino; Corren arroyos en el desierto; Cultiva una raíz de suelo seco. Gracias por darme la oportunidad de verte trabajar cuando toda esperanza parece perdida.

En el nombre de Jesus,

Amén.