Los mártires de Otranto con 800 decapitaciones son un ejemplo de fe y valentía

Hoy queremos hablarte de la historia del 813 mártires de Otranto un episodio terrible y sangriento en la historia de la Iglesia cristiana. En 1480, la ciudad de Otranto fue invadida por el ejército turco, liderado por Gedik Ahmet Pasha, que intentaba expandir sus dominios sobre el Mediterráneo.

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A pesar de la resistencia del pueblo de Otranto, el asedio duró 15 días y al final la ciudad cayó bajo el bombardeo turco. Lo que siguió fue un masacro sin piedad: hombres mayores de quince años fueron asesinados, mientras que mujeres y niños fueron tomados como esclavos.

El 14 de agosto de 1480, Gedik Ahmet Pasha llevó a los supervivientes al colina minerva. Aquí les pidió que renunciaran a la fe cristiana, pero ante su negativa decidió decapitarlos delante de sus familiares. Ese día estaban más de 800 Otrantins martirizadosel. El primero en ser decapitado fue un viejo sastre llamado Antonio Pezzulla, conocido como Il Primaldo. Según la leyenda, su cuerpo decapitado permaneció en pie hasta el martirio del último de los habitantes de Otranto.

cabeza de estatua

La canonización de los mártires de Otranto

A pesar de la brutalidad del episodio, la historia de los mártires de Otranto ha sido reconocida como un ejemplo de coraje y devoción. En el 1771, Papa Clemente XIV declaró bendito al pueblo de Otranto asesinado en la colina de Minerva y su culto devocional creció rápidamente. En 2007, Papa Benedicto XVI reconoció a Antonio Primaldo y a sus conciudadanos como mártires de la fe y también reconoció un milagro que se les atribuía, la curación de una monja.

Finalmente el Papa Francisco canonizado los mártires de Otranto, declarándolos oficialmente santos. Cada año, el 13 de agosto, la ciudad de Otranto celebra el coraje y la devoción de sus héroes y santos mártires.

La historia de los mártires de Otranto nos recuerda que, incluso en tiempos más recientes, la Iglesia cristiana ha tenido que afrontar persecución y violencia en el nombre de fe. El sacrificio de los mártires de Otranto también nos recuerda la importancia de Mantente fiel a nuestras creencias y a luchar por nuestra libertad religiosa, incluso ante acontecimientos terribles.