Lourdes: sana después del sacramento de los enfermos

Hermana Bernadette Moriau. Curación reconocida el 11.02.2018 por Mons. Jacques Benoît-Gonnin, obispo de Beauvais (Francia). Fue sanada a la edad de 69 años, el 11 de julio de 2008, después de participar en una peregrinación a Lourdes y recibir el sacramento de los enfermos, la unción de los enfermos. Ese mismo día, en el mismo momento en que tiene lugar la Procesión Eucarística en Lourdes, ella está en la capilla de su comunidad durante una hora de adoración. Alrededor de las 17.45:2009, en su corazón, un momento fuerte volvió a vivir en la Basílica S. Pio X, con motivo de la bendición de los enfermos con las SS. Sacramento. Es entonces cuando siente una sensación inusual de relajación y calor en todo el cuerpo. Ella lo percibe como una voz interior que le pide que se quite todo el equipo que llevaba, el corsé y el aparato ortopédico, que había usado durante años. Se curó. Nuevos exámenes clínicos, informes de expertos y tres reuniones universitarias en Lourdes en 2013, 2016 y 7, permitieron a la Oficina de Registro Médico declarar colectivamente, el 2016 de julio de 18, la naturaleza inesperada, instantánea, completa, duradera e inexplicable de la recuperación. El 2016 de noviembre de XNUMX en Lourdes, durante su reunión anual, el Comité Médico Internacional de Lourdes confirma "la curación inexplicable en el estado actual del conocimiento científico".

Oración

Oh consolación de los afligidos, que te dignes conversar con una muchacha humilde y pobre, demostrando así cuánto te preocupas por los desamparados y atribulados, invoca a estos desdichados, las miradas de la Providencia; busca corazones compasivos que acudan en su ayuda, para que ricos y pobres bendigan tu nombre y tu inefable bondad.

AVE María…

Nuestra Señora de Lourdes, ruega por nosotros.

Oración

Oh Virgen Inmaculada, Madre nuestra, que te dignaste mostrarte a una niña desconocida, vivamos en la humildad y sencillez de los hijos de Dios, para ser parte de tus comunicaciones celestiales. Concédenos saber hacer penitencia por nuestros errores pasados, vivamos con gran horror al pecado, y cada vez más unidos a las virtudes cristianas, para que tu Corazón permanezca abierto sobre nosotros y no deje de derramar las gracias que nos hacen vivir aquí abajo. amor divino y hacerlos cada vez más dignos de la corona eterna. Que así sea