Lourdes: curada después de la meningitis

Francis PASCAL. Después de una meningitis ... Nació el 2 de octubre de 1934 y reside en Beaucaire (Francia). Enfermedad: ceguera, parálisis de las extremidades inferiores. Curado el 2 de octubre de 1938, a los 3 años y 10 meses. Milagro reconocido el 31 de mayo de 1949 por Mons. Ch. De Provenchères, arzobispo de Aix en Provence. Es la segunda curación de un niño pequeño en la lista milagrosa. Su historia se revela solo después de 8 años debido a la Segunda Guerra Mundial. En diciembre de 1937, una meningitis vino a destruir el curso de la joven existencia de Francisco. A los 3 años y 3 meses, las consecuencias de esta terrible enfermedad son pesadas para él y su familia: parálisis de las piernas y, menos gravemente, de los brazos y pérdida de visión. Se le otorga una esperanza de vida muy pequeña ... y desafortunadamente este pronóstico está certificado por una buena docena de médicos consultados antes de que el niño sea llevado a Lourdes, a fines de agosto de 1938. Después del segundo baño, el niño encuentra el la vista y su parálisis desaparece. A su regreso a casa, los médicos lo examinan nuevamente. Estos luego hablan de una curación cierta y científicamente inexplicable. Francis Pascal nunca ha dejado las orillas del Ródano donde vive en silencio.

ORACIÓN EN LOURDES

Oh bella Inmaculada Concepción, me postro aquí ante tu imagen bendita y me reúno inspirado por los innumerables peregrinos, que siempre te alaban y bendicen en la cueva y en el templo de Lourdes. Te prometo fidelidad perpetua, y consagro los sentimientos de mi corazón, los pensamientos de mi mente, los sentidos de mi cuerpo y toda mi voluntad. Deh! o Virgen Inmaculada, en primer lugar consígueme un lugar en la Patria Celestial, y concédeme la gracia ... y deja que el tan esperado día llegue pronto, cuando vengas a contemplarte a ti mismo glorioso en el Cielo, y allí siempre te alabes y agradezcas por tu tierno patrocinio y bendigas el SS, Trinidad que te hizo poderoso y misericordioso. Amén.

ORACIÓN PIO XII

Docil por invitación de tu voz materna, Oh Virgen Inmaculada de Lourdes, corremos a tus pies en la cueva, donde te dignaste a aparecer para indicar a los pecadores el camino de la oración y la penitencia y para dispensar las gracias y maravillas tuyas al sufrimiento. bondad soberana. Oh sincera visión del paraíso, elimina la oscuridad del error de las mentes con la luz de la fe, eleva las almas desconsoladas con el aroma celestial de la esperanza, revive los corazones secos con la ola divina de la caridad. Haznos amar y servir a tu dulce Jesús, para merecer la felicidad eterna. Amén