Lourdes: la invitación de la Virgen a beber en la fuente y nadar en las piscinas

En las fuentes del Santuario, alimentadas con agua de la Cueva de las Apariciones, responden a la invitación de la Virgen María: "Ve y bebe en la fuente".

La fuente que desemboca en la Gruta y que alimenta las fuentes del Santuario fue revelada por Bernadette Soubirous, durante las apariciones de 1858, por indicaciones de la Virgen María. En las fuentes puedes beber esta agua, bañarte la cara, los brazos, las piernas ... Al igual que en la Gruta, no es tanto el gesto lo que cuenta, sino la fe o la intención que lo anima.

Sabías ? Durante la novena aparición, "la Dama" le pidió a Bernadette que fuera y cavara el suelo, en el fondo de la Gruta, diciendo: "Bebe y lávate en la fuente". Y aquí comenzó a fluir un poco de agua turbia, suficiente para permitir que Bernadette la bebiera. Esta agua gradualmente se volvió transparente, pura, límpida.

Desciende a un tanque lleno de agua del manantial que desemboca en la Cueva de las apariciones y vive una experiencia única en el mundo.

"Ven y bebe y lávate en la Fuente" Estas palabras dirigidas por Bernadette durante una aparición inspiraron la construcción, cerca de la Gruta, de las piscinas en las que los peregrinos se sumergen. Creyentes o no, todos están invitados a hacer esta intensa experiencia.

¿Sabías? La Hospitalité Notre Dame de Lourdes y su "ejército" de voluntarios se han encargado de la animación de estos baños que, desde el principio, han sido una fuente de oración, renovación, alegría y, a veces, curación para millones de peregrinos.

Entra en la Cueva de las Apariciones y ve debajo de la roca: verás la fuente y la famosa estatua de Nuestra Señora de Lourdes. Una experiencia que no se puede perder. La Gruta es el lugar donde tuvieron lugar eventos excepcionales en 1858.

La gruta de las apariciones es el corazón del santuario. La fuente y la estatua de Nuestra Señora de Lourdes, dentro de la Gruta, son objeto de atención de los peregrinos. La Gruta misma expresa gran parte del mensaje de Lourdes. Está tallado en la roca, como un eco en el pasaje de la Biblia: "Él solo es mi acantilado y mi salvación, mi roca de defensa" (Salmo 62: 7). La roca es negra y el sol nunca entra en la Gruta: la aparición (la Virgen María, la Inmaculada Concepción), por el contrario, es luz y sonrisa. El nicho donde se encuentra la estatua es el punto donde estaba la Virgen María. Este hueco es como una ventana que, en este mundo de oscuridad, se abre al Reino de Dios.

La Gruta es un lugar de oración, de confianza, de paz, de respeto, de unidad, de silencio. Todos dan a su pasaje en la cueva o a la parada frente a ella, el significado que pueden y quieren dar.