María que desata los nudos: la súplica para invocar el poder de María

María, una Madre muy querida, llena de gracia, mi corazón hoy se vuelve hacia Ti. Me reconozco como pecador y te necesito. No tomé en cuenta tus gracias por mi egoísmo, mi rencor, mi falta de generosidad y humildad. Hoy me dirijo a ti, María, que desata los nudos, para que le pidas a tu hijo Jesús pureza de corazón, desprendimiento, humildad y confianza. Viviré este día con estas virtudes. Te ofreceré como prueba de mi amor por ti. Coloco este nudo (nómbralo si es posible ...) en Tus manos porque me impide ver la gloria de Dios.

María, que desata los nudos, ruega por mí.

SUMINISTRO PARA MARÍA QUE DISUELVE LOS NUDOS
Santa María, Madre de Dios, tú que has sido mujer y madre, tú que has respondido a Dios: "Hágase tu voluntad", infunde tu fuerza, la fuerza de tu fe y tu amor.
Virgen María, hoy vengo a ti con un corazón lleno de sufrimiento. Vengo a llorar por mis sufrimientos en los brazos de la Madre que siempre nos escucha, que soporta todo, que cree todo.
Por eso te llamo, María, mi Madre: libérame y elimina los nudos que me impiden ser feliz, acercarme a ti y a tu Hijo. Que mi oración transforme mi corazón en piedra y me permita esperar un mundo mejor y más generoso. María, tú que desatas los nudos, escucha mi oración.
¡Amén!