Meditación del día: entendiendo los misterios del cielo

“¿No has entendido o entendido todavía? ¿Están endurecidos vuestros corazones? ¿Tienes ojos y no ves, oídos y no oyes? ”Marcos 8: 17–18 ¿Cómo responderías estas preguntas que Jesús les hizo a sus discípulos si te las hiciera? Se necesita humildad para admitir que todavía no comprendes o comprendes, que tu corazón está endurecido y que no puedes ver ni oír todo lo que Dios ha revelado. Por supuesto, hay varios niveles en estas peleas, por lo que es de esperar que no luches contra ellos de manera seria. Pero si puedes confesar humildemente que luchas con esto hasta cierto punto, entonces esa humildad y honestidad te harán ganar mucha gracia. Jesús planteó estas preguntas a sus discípulos en el contexto más amplio de una discusión sobre la levadura de los fariseos y Herodes. Sabía que la "levadura" de estos líderes era como la levadura que corrompía a otros. Su deshonestidad, orgullo, deseo de honores y cosas por el estilo han tenido un efecto muy negativo en la fe de los demás. Entonces, al hacer las preguntas anteriores, Jesús desafió a sus discípulos a ver esta levadura malvada y rechazarla.

Las semillas de la duda y la confusión están a nuestro alrededor. En estos días parece que casi todo lo que promueve el mundo secular es de alguna manera contrario al Reino de Dios. Sin embargo, al igual que la incapacidad de los discípulos para ver la levadura malvada de los fariseos y Herodes, con demasiada frecuencia fallamos en ver la levadura mala en nuestra sociedad. En cambio, dejemos que los muchos errores nos confundan y nos conduzcan por el camino del secularismo. Una cosa que esto debería enseñarnos es que el hecho de que alguien tenga alguna forma de autoridad o poder dentro de la sociedad no significa que sea un líder sincero y santo. Y aunque nunca es nuestro trabajo juzgar el corazón de otra persona, debemos tener "oídos para oír" y "ojos para ver" los muchos errores que se consideran buenos en nuestro mundo. Debemos tratar constantemente de "comprender y comprender" las leyes de Dios y usarlas como guía contra las mentiras del mundo. Una forma importante de asegurarnos de que lo hacemos bien es asegurarnos de que nuestro corazón nunca se endurezca ante la verdad. Reflexione hoy sobre estas preguntas de nuestro Señor y examínelas especialmente en el contexto más amplio de la sociedad en su conjunto. Considere la falsa "levadura" enseñada por nuestro mundo y por tantos en posiciones de autoridad. Rechaza estos errores y vuelve a participar en el abrazo total de los santos misterios del Cielo para que esas verdades y solo esas verdades se conviertan en tu guía diaria. Oración: Mi glorioso Señor, te agradezco por ser el Señor de toda la verdad. Ayúdame a volver mis ojos y oídos a esa Verdad todos los días para que pueda ver la levadura maligna a mi alrededor. Dame la sabiduría y el don del discernimiento, querido Señor, para que pueda sumergirme en los misterios de tu santa vida. Jesús, creo en ti.