Mensaje dado a Medjugorje el 2 de noviembre de 2017

Queridos niños,
Al mirarte reunida a mi alrededor, Tu Madre, veo muchas almas puras, muchos de mis hijos que buscan el amor y el consuelo que, sin embargo, nadie les ofrece. También veo a los que hacen el mal: porque no tienen un buen ejemplo, porque no conocen a mi Hijo, el bien que se extiende silenciosamente a través de las almas puras, la fuerza que gobierna este mundo. ¡Hay muchos pecados, pero también hay amor!

Mi hijo te envía a Mí, la madre, para que te enseñe a amar y a comprender que todos ustedes son hermanos. El quiere ayudarte. Apóstoles de mi amor, un deseo vivo de fe y amor es suficiente para que mi Hijo lo acepte: sin embargo, debe ser digno, tener buena voluntad y abrir los corazones.

Mi hijo entra en corazones abiertos. Yo, como Madre, quiero que sepas más acerca de mi Hijo, Dios nacido de Dios, para que entiendas la grandeza de Su amor que tanto necesitas.

Él tomó tus pecados sobre sí mismo, obtuvo la redención por ti y a cambio pidió amarte el uno al otro. Mi hijo es amor Él ama a todos los hombres sin distinción, hombres de todos los países y todos los pueblos. Si vivieran, hijos míos, el amor de mi Hijo, Su reino ya estaría en la tierra, por lo tanto, los apóstoles de mi amor oren, oren para que mi Hijo y su amor estén más cerca, para ser un ejemplo de amor y poder ayudar. todos aquellos que aún no lo han conocido. Nunca olvides que mi único y trino Hijo te ama. Ora y ama a tus pastores. Gracias.