Mensaje del 2 de marzo de 2018 en Medjugorje

Queridos hijos, grandes obras que el Todopoderoso ha hecho en mí, como las hace en todos aquellos que lo aman dulcemente y con fe y autenticidad lo sirven.
Hijos míos, el Padre Celestial los ama, y ​​por su bien, estoy aquí con ustedes. Él te habla, ¿por qué no quieres ver las señales? Todo es más fácil con él.
El dolor experimentado con él es más tenue porque hay fe y la fe ayuda al dolor, el dolor sin fe conduce a la desesperación. El dolor experimentado y llevado a Dios aumenta.
¿No es mi Hijo quien redimió al mundo a través de su doloroso sacrificio?
Yo, como su madre, estaba con él en el dolor y el dolor, así como yo estoy con todos ustedes.
Hijos míos, estoy con ustedes en la vida, en el dolor, en los sufrimientos, en las alegrías y en el amor; por eso ten esperanza. La esperanza te hace entender que hay vida.
Hijos míos, les hablo, mi voz le habla a su alma, mi corazón le habla a su corazón.
Apóstoles de mi amor, cuánto te ama mi corazón maternal, hay tantas cosas que quiero enseñarte, como mi corazón maternal quiere que seas completo, pero solo puedes serlo cuando el alma, el cuerpo y el cuerpo están unidos en ti. amor.
Por favor, como hijos míos, oren por la Iglesia y sus sirvientes, sus pastores. Que la Iglesia sea como mi Hijo lo desee, pura como agua de manantial y llena de amor.
Gracias.