Mes de marzo recordamos a la Virgen de los milagros

En el mes de marzo recordamos la Madonna dei miracoli: la fiesta de la Virgen de los milagros tiene orígenes muy antiguos, de hecho, el culto se remonta aproximadamente a 1500, cuando tres mujeres de Alcamo en Sicilia, mientras estaban decididas a lavar ropa en el arroyo, vieron un Aparece mujer con un niño frente a sus propios ojos. En ese momento, sin siquiera ser capaces de darse cuenta de lo que estaba pasando, de repente fueron golpeados por una lluvia de piedras sin causarles ninguna herida en el cuerpo.


Al regresar a sus casas contaron lo sucedido que inicialmente nadie quería creer. Las autoridades locales fueron notificadas e inmediatamente tomaron medidas para tratar de entender lo sucedido, de hecho, en el lugar donde ocurrió el incidente se encontró un arco de un molino, del cual se perdió el recuerdo con una piedra en su interior con la representación de la Virgen con un bebé en sus brazos. A partir de ese momento los habitantes de Alcamo empezaron a rezar sobre esa imagen donde se representaba a la Santísima Virgen, por lo que en los días siguientes sucedieron varios milagros.
A partir de 1547 la Virgen se convirtió en la patrona de la ciudad de Alcamo.


Inicialmente se le dio el nombre de "Madonna delle Grazie" pero, dados los innumerables milagros realizados, se le dio el nombre de Nuestra Señora de Gracia. Son muchos los devotos que afirman con absoluta certeza los milagros de la Virgen, un culto sentido desde lo más profundo del alma que aún acompaña a generaciones enteras. Las celebraciones involucran a toda una ciudad con eventos deportivos, stands con productos de comida y vino locales, durante los cuales la Virgen es llevada a hombros de los devotos, por las calles de la ciudad para concluir con la entrada a la iglesia y el espectáculo de fuegos artificiales.

En el mes de marzo recordamos a la Virgen de los milagros: se le dedica una súplica


Oh Santísima Virgen,
amoroso obrador de muchos milagros,
que de la imagen
pintado en la puerta de la iglesia,
bajaste admirablemente en la plaza
para recuperar a tu hijo,
después de sonreír a los juegos de unos niños
e hizo oír y hablar a uno de ellos,
baja de nuevo con tu gran corazón en el medio
a nuestras poblaciones,
a los hogares, a nuestras fábricas y al campo.

Mira, oh Madre compasiva nuestra,
los que te aman: bendícelos;
los que sufren en alma y cuerpo:
consolarlos y sanarlos;
los que te invocan: escúchalos.
Pero sobre todo, Virgen de los Milagros,
por favor conviértanos primero,
y luego tantas almas lejanas queridas por nosotros,
que se han vuelto sordos y mudos
a la voz del Señor. Amén.
Ave o María ...