Natuzza Evolo y Padre Pio: su primer encuentro

Natuzza Evolo no había dejado a su familia durante varios días, pero durante mucho tiempo había querido ser confesó por el Padre Pio, el fraile de los estigmas. Natuzza quería compartir su dolor, confíe en él sus tormentos internos y reciba su bendición. Se conocieron solo una vez en 1962 en San Giovanni Rotondo.

Los esposos Libero e Italia Giampà la acompañaron a San Giovanni Rotondo. Padre Pio tenía 75 años y Evolo casi 38. Justo en ese período i segni de su participación en la pasión de Cristo se hacían más visibles, más doloroso y constante.

¿Qué palabras había reservado el Padre Pío para Natuzza?

La Iglesia de Santa Maria delle Grazie estaba abarrotada, la mujer estaba esperando su turno para confesarse cuando un fraile vino a buscarla. El Padre Pio fue advertido de su presencia, dice Don Pasquale Barone, director espiritual de Natuzza. Tú también llegaste aquí, exclamó el fraile. Cuando ella se arrodilló para recibir la bendición, le dijo el padre Pio levantado no lo necesitas: tienes la bendición directamente de Jesús Los testigos que los vieron juntos tuvieron la impresión de que se conocían desde hacía tiempo.

El encuentro fue providencial también en vista de la asaltos diabólico del maligno que sería intensificado en la vida de Evolo y contra el cual el Padre Pio había madurado una heroica resistencia. Unidos en el amor infinito de ese yo total trajeron ambos llagas similares a los de Jesús que escondieron para no llamar la atención sobre su doloroso regalo. Y hacia ambos con sus misteriosas heridas, el padre Agostino Gemelli mostró la misma severidad.

El vínculo lejano entre el fraile y el místico continúa en los años. A través de citas en espíritu como los llamó Natuzza con las bilocaciones del Padre Pio. Don Pasquale Barone recuerda que Evolo tuvo una visión del fraile de Pietrelcina tres días antes de su muerte. Fue en esa visión que les di su mensaje. Reza por mis sufrimientos porque estoy en la cima, pronto el mío terminará y comenzará el tuyo, dijo San Pio. Como si se tratara de un traspaso de la batuta.