Niña curada de un tumor: el milagro de San Antonio

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Sant'Antonio da Padova siempre ha demostrado ser extremadamente generoso con sus devotos: a lo largo de los siglos, ha mostrado una benevolencia particular hacia las familias en dificultades, produciendo un gran número de milagros, lo suficiente como para ganarse el nombre de Sant'Antonio il Curador. Esta incesante actividad de intermediación entre las oraciones de los fieles y Dios continúa hoy, sin interrupción.

Uno de los últimos episodios se refiere a un par de nuevos padres. Durante el embarazo, se encontró una mancha negra en la cara de Kayrin (este es el nombre de la niña, que todavía era un feto en ese momento). Desafortunadamente, una segunda visita empeora el cuadro clínico: se estaba produciendo una infección grave que habría puesto en riesgo no solo la vida de la niña, sino también la de la madre.

Los médicos recomiendan una tercera visita a un centro en Bolonia, pero allí responden que no pudieron haber realizado las pruebas antes de dos meses. En ese momento, la abuela de la niña comienza a recurrir a Sant'Antonio, pidiéndole su intercesión. Pasan unos días y se libera un lugar. La abuela, segura de que el mérito de este pequeño milagro fue de San Antonio, invita a la pareja a ir a su Basílica, donde el sacerdote los bendice. El día programado para la visita, mientras esperan, la pareja va a un bar.

Allí entra un hombre que sufrió la misma malformación atribuida a su pequeño. Otra señal de que la familia estaba siendo seguida desde arriba. De hecho, los resultados de las pruebas arrojan un resultado increíble: la mancha había desaparecido, ya no había rastros de la infección. Todo inexplicable para los médicos, ciertamente no para aquellos que nunca han dejado de esperar la Divina Gracia.