Novena a Dios Padre para obtener cualquier gracia que se recite en este mes de agosto

Jesus_God_Father

De verdad, de verdad te digo:
lo que le pidas al padre
en mi nombre, él te lo dará. (S. Juan XVI, 24)

Oh Santísimo Padre, Dios todopoderoso y misericordioso,
humildemente postrado ante ti, te adoro con todo mi corazón.
¿Pero quién soy yo porque te atreves incluso a alzarte la voz?
Oh Dios, Dios mío ... Soy tu criatura menos,
hecho infinitamente indigno por mis innumerables pecados.
Pero sé que me amas infinitamente.
Ah, es verdad; Me creaste como soy, sacándome de la nada, con infinita bondad;
y también es cierto que entregaste a tu Divino Hijo Jesús a la muerte de la cruz por mí;
y es cierto que con él me diste el Espíritu Santo
llorar dentro de mí con gemidos indescriptibles
y dame la seguridad de ser adoptado por ti en tu Hijo,
y la confianza para llamarte: ¡Padre!
y ahora estás preparando, eterna e inmensa, mi felicidad en el cielo.
Pero también es cierto que a través de la boca de tu Hijo Jesús mismo,
querías asegurarme con magnanimidad real,
que cualquier cosa que te pida en su nombre, me lo habrías concedido.
Ahora, Padre mío, por tu infinita bondad y misericordia,
en el nombre de Jesús, en el nombre de Jesús ...
Primero te pido el buen espíritu, el espíritu de tu propio Unigénito,
para poder llamarme y ser realmente tu hijo,
y llamarte más dignamente: ¡Padre mío! ...
y luego te pido una gracia especial (para exponer la gracia que pides).
Acéptame, buen padre, en el número de tus amados hijos;
concédeme que yo también te amo más y más, que trabajes para la santificación de tu Nombre,
y luego ven a alabarte y agradecerte para siempre en el cielo.

Oh Padre más amable, en el nombre de Jesús, escúchanos. (tres veces)

Oh María, primera hija de Dios, ruega por nosotros.

(Que se recite devotamente un Pater, un Ave y 9 Gloria)

Por favor, Señor, danos siempre el miedo y el amor de tu santo Nombre,
porque nunca quites tu amoroso cuidado de aquellos que elijas confirmar en tu amor.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Orar por nueve días consecutivos.