Hoy es el cumpleaños de la Santísima Virgen, porque es importante celebrarlo

Hoy miércoles 8 de septiembre celebramos uno de los cumpleaños más importantes de la historia del mundo, el de Madre de nuestro señor.

La Bendita Virgen María nació en nuestro mundo sin la mancha del pecado original. Ella ha sido preservada de la experiencia de la naturaleza humana a través del don de ella. Inmaculada Concepción. Por lo tanto, ella fue la primera en nacer en la perfección de la naturaleza humana después de la caída, y continuó experimentando esta gracia a lo largo de su vida.

A todos nos gusta celebrar cumpleaños. A los niños les encanta especialmente, pero la mayoría de nosotros esperamos ese día especial cada año en el que la familia y los amigos nos celebran.

Por esta razón, podemos estar seguros de que nuestra Santísima Madre también amó su cumpleaños mientras esté aquí en la Tierra y continúe disfrutando de esta celebración especial en el Cielo. Y ella, tal vez más que nadie, además de su divino Hijo, se regocijó en su cumpleaños por la profunda gratitud espiritual recibió de Dios por todo lo que hizo en su vida.

Trate de meditar en el corazón y el alma de nuestra Santísima Madre desde su perspectiva. Ella estaría íntimamente unida con cada persona de la Santísima Trinidad a lo largo de su vida. Ella conocería a Dios, viviría en su alma, y ​​se asombraría de lo que Dios le había hecho. Habría meditado sobre estas gracias con profunda humildad y excepcional gratitud. Vería su alma y misión desde la perspectiva de Dios, profundamente consciente de todo lo que hizo por ella.

Al honrar el cumpleaños de nuestra Santísima Madre, también es una oportunidad importante para que cada uno de nosotros medita en las increíbles bendiciones que Dios nos ha otorgado. No, no somos inmaculados como lo fue la Madre María. Cada uno de nosotros nació en pecado original y ha pecado de por vida. Pero las bendiciones de la gracia que se nos dan a cada uno de nosotros son excepcionalmente reales.

Il bautismo, por ejemplo, le da al alma una transformación eterna. Si bien nuestro pecado a veces puede nublar esta transformación, es eterno. Nuestras almas han cambiado. Somos hechos nuevos. La gracia se derrama en nuestros corazones y nos convertimos en hijos de Dios. Y para el alma que es capaz de percibir las innumerables otras formas en que Dios otorga bendiciones, la gratitud es la única respuesta apropiada.

Reflexiona hoy sobre la gloriosa celebración del cumpleaños de la Santísima Virgen María, Madre de Dios. Comienza por intentar disfrutar de su vida a través de sus ojos. Trate de imaginar lo que vio mientras miraba dentro de su alma perdonada. A partir de ahí, trata de regocijarte también en tu alma. Agradezca todo lo que Dios ha hecho por usted.

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