“Hoy escuché la voz de Satanás”, la experiencia de un exorcista

Divulgamos el artículo publicado en https://www.catholicexorcism.org/ del 'Diario del exorcista'. Hablar es un exorcista, para él la voz de su experiencia con el diablo.

Diario del exorcista, cara a cara con el diablo

Hoy estuve en presencia de un hombre enojado que creía que lo estaban maltratando. Me quedé atónito por la ira y la violencia en su voz. Distorsionó las palabras y acciones de quienes lo rodeaban y respondió con arrogancia y desprecio. Solo al escucharlo, me sentí herido.

Reconocí la voz. Cuando los demonios se manifiestan en medio de un exorcismo, su presencia es inconfundible. La mirada en sus ojos es asesina. El odio y la arrogancia y su voz es palpable. Sus corazones son más negros que cualquier oscuridad que conozcamos. La verdadera fealdad causada por el pecado, demoníaco o humano, está más allá de las palabras.

En esta vida, basándonos en nuestras elecciones, ya comenzamos a manifestar el cielo o el infierno. Santa Catalina de Siena en su diálogo informó que Dios le dijo que las almas reciben la "ganancia" de la próxima vida mientras todavía están en esta tierra. Los que hacen el mal ya experimentan el "infierno", mientras que los siervos del Señor "prueban el depósito de la vida eterna".

Ya en esta vida, comenzamos a cantar el canto de los ángeles, o comenzamos a enojarnos con los demonios. En el rito del exorcismo está el Trisagion: "Santo, Santo, Santo". Es el cántico de los ángeles alabando a Dios que los demonios se negaron a cantar (Ap 4,8). Los exorcistas han encontrado que este es un momento poderoso en un exorcismo y, a menudo, repiten estas palabras muchas veces. Solo escuchar las palabras es un gran tormento para los demonios.

Cuanto más tiempo paso en este ministerio de liberación, más sensible soy a la presencia de lo angelical y lo demoníaco. Me hieren temporalmente los encuentros oscuros con lo demoníaco. Diariamente me apoyan muchas más personas que se acercan a mí con un gesto amable y palabras reflexivas.