Padre Pio y devoción al Sagrado Corazón de Jesús

El primer encuentro entre el Padre Pio y el Sagrado Corazón de Jesús
Para hablar sobre esta reunión, tenemos que volver a lo largo de los años. Cuando Francesco Forgione (Padre Pio) era un niño de 5 años.
El pequeño Francesco Forgione creció rápidamente y pronto reveló un estilo de vida que era un poco diferente al de sus compañeros. No le gustaba jugar con ellos y, cuando mamá Peppa lo animó a divertirse con los otros niños, se negó diciendo: "No quiero ir porque blasfeman".
Su pasatiempo favorito era la oración.
Su pasatiempo favorito era la oración. Pasó un tiempo recordando en la iglesia donde había sido bautizado. Cuando estuvo cerrado, se detuvo frente a la puerta, sentado en una punta de roca.

Mucha dedicación provino del ejemplo de la madre, Mamma Peppa, quien asistió asiduamente a la Misa antes de comenzar las tareas del hogar o en el campo. Su abuela materna también era una mujer de oración. Maria Giovanna, que a menudo tenía la tarea de proteger a sus nietos.
Nonna Maria Giovanna fue una mujer "sin doctrina", pero sabia, "misericordiosa con los pobres", cautelosa, prudente, ingeniosa, que "asistió a la iglesia una y otra vez durante un día, sin nunca confesarse y comunicarse a menudo".
Además, el padre, Grazio, aunque no tenía la misma religiosidad fuerte que su esposa y su suegra, se distinguió del promedio de los hombres de la época. No blasfemaba y todas las noches se rezaba el rosario en su casa.
El encuentro con el Sagrado Corazón de Jesús.
Francesco tenía cinco años. Un día, mientras estaba inmerso en uno de sus momentos habituales e intensos de oración, ocurrió un evento extraordinario. El niño, que durante mucho tiempo había sentido el deseo de consagrarse por completo a Dios, vio el Corazón de Jesús ante el altar.
El Hijo de Dios no habló. Con una mano asintió para invitarlo a acercarse. El niño obedeció. Cuando llegó ante Jesús, se puso la mano en la cabeza, sin decir nada. Pero Francis leyó en ese gesto la aceptación de su propósito.
Otras visiones celestiales vitorearon la vida de ese niño, quien guardó celosamente el secreto de las apariciones y del pacto silencioso hecho con su Señor escondido dentro de él.

Fuente teleradiopadrepio.it