Padre Pio hoy 17 de marzo quiere darte dos consejos y contarte una historia

La justicia de Dios es terrible, pero no olvidemos que su misericordia también es infinita.

Tratemos de servir al Señor de todo corazón y con toda voluntad.
Siempre nos dará más de lo que merecemos.

Una señora dijo: “En 1953 nació mi primer hijo, quien con un año y medio fue salvado por el Padre Pío. La mañana del 6 de enero de 1955, mientras estaba en la iglesia en la Santa Misa, junto con mi esposo, la niña, que se había quedado en casa con sus abuelos y un tío, cayó en una caldera de agua hirviendo. Informó de una quemadura de tercer grado en el abdomen y la espalda. Inmediatamente le rogué al Padre Pío que nos ayudara, para salvar al niño. El médico, que llegó una hora y media después de la llamada, recomendó llevarla al hospital porque temía que muriera. Por tanto, no le dio ningún medicamento. Cuando salió el médico, comencé a invocar al Padre Pío. Mientras me preparaba para ir al hospital, era casi el mediodía, mi pequeña que se quedó sola en su habitación me llamó: “Mamá, ya no tengo el bua”; "¿Quién te lo quitó?" - pregunté con curiosidad. Y ella respondió: “El Padre Pio ha venido. Puso el agujero de su mano sobre la mía ”. En el cuerpo de la pequeña, que para el médico estaba cocinada, no había ni rastros de quemaduras.