Padre Pio recibe los estigmas el primer signo de su unión mística con Cristo.

Padre Pio fue uno de los santos más venerados y amados por la Iglesia Católica en el siglo XX. Nacido en 1887 en el seno de una familia humilde de la región de Puglia, en el sur de Italia, Francesco Forgione, así es su nombre de pila, pasó su infancia y adolescencia en medio de la pobreza y las penurias de la vida rural. Después de decidir convertirse en fraile franciscano, fue ordenado sacerdote en 1910 y enviado a varios conventos en Italia.

estigmas

fue solo en 1918 que el Padre Pío recibió el primer signo visible de su unión mística con Cristo: le estigmas. Según cuenta él mismo en varias ocasiones, la tarde del 20 de septiembre de ese año, mientras rezaba en la iglesia del convento de San Giovanni Rotondo, sintió una fuerte sensación de ardor en las manos, los pies y el costado. De repente, vio aparecer ante él a un hombre vestido con una capa blanca y roja, quien le entregó una espada y luego la retiró, dejando en su lugar las heridas que Cristo había llevado en la cruz.

manos

Padre Pío educado por terror y emocion corrió a su habitación para ocultar sus heridas. Pero la noticia corrió rápidamente, sobre todo entre los frailes del convento, y al día siguiente el fenómeno ya era de todos conocido. Al principio asustado y confundido, comenzó a reconocer en esos estigmas una signo de la gracia divina, que le había sido concedido para poder participar más profundamente en la pasión de Cristo y poder orar más intensamente por la humanidad.

¿Quién notó por primera vez los estigmas?

La primera mujer en notar los estigmas fue Philomena Ventrella porque vio en sus manos las marcas rojas parecidas a las que vemos en las estatuas del corazón de Jesús, al día siguiente se da cuenta Nino Campanil cuando al entregar la ofrenda de la Misa, la vio en el dorso de la mano derecha del fraile.

Después de aproximadamente 8 - 10 días también se dio cuenta Padre Paolino de Casacalenda, cuando, entrando en la habitación del Padre Pío, lo vio escribir y notó la llaga en el dorso y palma de la mano derecha, luego la del dorso de la izquierda.

Il 17 octubre El Padre Pío se lo revela abiertamente al P.Padre Benedetto de San Marco in Lamis, en una carta donde explicaba detenidamente lo que le había sucedido y cómo se sentía al respecto.